Bilbao - El consejo rector de la empresa Ondoan, un sociedad cooperativa integrada en la Corporación Mondragon, designó hace un año a Jorge Álvarez como nuevo director general del grupo de ingeniería ligado al sector medioambiental y energético. El alavés Jorge Alvarez, licenciado en Económicas por la UPV/EHU y MBA por la Esden Business School, hasta su incorporación a Ondoan llevaba la dirección de FGM, el grupo de empresas del mueble de Mondragon. Álvarez destaca el notable proceso de expansión internacional del grupo, una salida al exterior en la que “es conveniente contar con socios locales”, y la apuesta por la servitización del negocio.

¿Qué evolución del negocio prevé para este ejercicio?

-El año 2019 se presenta de forma positiva para la compañía. Promete ser un ejercicio de crecimiento en todos los frentes. Es un año en el que se va a confirmar nuestra internacionalización, principalmente en el norte de Africa. Somos los dueños del 100% de lo que era una joint venture en Marruecos y estamos ya captando proyectos de ingeniería e instalaciones, con un gran cliente. Este año en el grupo esperamos crecer un 15%, una buena cifra porque venimos de un año como 2018 en el que crecimos, un 30%. Estamos hablando de unos 60 millones de euros de facturación.

¿La empresa está creando empleo?

-Sí. Ahora tenemos unas 352 personas en plantilla tras crecer cerca de un 10% el último año.

¿Para empresas no muy grandes es preciso contar con socios locales en los países emergentes?

-Es importante. En Marruecos fuimos así a través de la creación de una joint venture con un socio marroquí que más tarde ha decidido vender y nos hemos quedado con el 100% de la compañía aunque el citado socio se mantiene como director general. Y sí es importante contar con alguien local porque hay que conocer el terreno, las costumbres, los contactos a la hora de hacer negocios, la cultura que es muy peculiar en algunos países, la fiscalidad, etc. También nos hemos animado a intentarlo en Egipto. Es un país al que fuimos con un contrato puntual pero pensamos que es un territorio con muchas oportunidades, obviamente, no exentas de riesgos.

¿Qué hacen en Egipto?

-Trabajamos en el desarrollo de todo el sistema de protección contra incendios de los túneles de Ismailia, bajo el canal de Suez. Estos túneles para circulación de vehículos cruzan el Canal de Suez a una profundidad de 60 metros. En ellos instalamos un novedoso sistema de agua nebulizada para limitar y controlar un posible incendio en una etapa temprana del fuego, que permite además un consumo mínimo de agua. En un principio creamos una filial meramente instrumental pero el trabajo evoluciona positivamente y estamos buscando alianzas en el país.

La experiencia en México no es tan positiva.

-En México hemos llevado varios proyectos pero la realidad es que nos está costando. Es una experiencia difícil y dura. De hecho, ahora estamos reflexionando y repensando sobre cómo llevar a cabo la internacionalización. En estos países necesitas un equipo local porque manejarla con expatriados no es fácil. Lo que aquí tardas un mes para realizar, allí nos lleva mucho más tiempo.

¿Qué representan los mercados internacionales?

-Aportan cercan del 20% de la facturación del grupo. El foco está en consolidar Ondoan Maroc. Allí trabajamos con ingenierías estadounidenses y esto también nos permite aprender otras formas de trabajar y de gestionar. Marruecos es la principal apuesta de futuro de Ondoan fuera. Es un país bastante estable. Está cerca y tenemos buenas relaciones con las gentes de allí. Trabajamos en temas ligados a la industria y a la protección contra incendios. Aunque no somos una empresa grande tenemos una dimensión que nos permite una gran agilidad en operaciones con riesgos controlados si no aciertas.

El precio era el factor definitivo en los servicios con la crisis. ¿Sigue así?

-Pues sí. El factor precio se ha quedado tras la crisis como un elemento fundamental para competir y optar a un contrato.

¿En qué áreas trabaja la empresa ?

-Inicialmente Ondoan se dedicó al tratamiento y depuración de aguas y posteriormente se promovieron actividades de climatización, ahorro energético y protección contra incendios, constituyendo entre todas ellas la unidad de ingeniería de instalaciones. Hoy tenemos cinco grandes áreas de actividad, la citada de ingeniería de instalaciones, medioambiente y seguridad laboral, mantenimiento y servicios, ambientes interiores y servicios energéticos. En este segmento arrancamos con la realización de una auditoría energética, con ella en la mano, proponemos medidas de eficiencia energética y las ejecutamos. Ahora lo que notamos es que los clientes nos piden cada vez más paquetes completos, llave en mano, soluciones que se amolden a lo que necesitan.

La empresa estaba muy volcada en el mercado vasco, un mercado limitado, y han apostado fuerte por el español.

-Efectivamente. Fue un acierto el abrir oficina en Madrid. Evoluciona de forma muy positiva. El pasado año nos aportó el 20% de la facturación. Queremos potenciar nuestra presencia en el sector industrial en temas como instalaciones auxiliares, ambientes controlados, salas blancas. En el tema de salud, residencias y hospitales, etcétera.

¿Tienen problemas para encontrar personal especializado?

-En ciertas áreas, sí. De hecho tenemos que formar a los profesionales en la compañía. Por ejemplo, en el tema de sistemas antiincendios, aquí no hay una formación reglada que corresponda a ese perfil de especialistas. Y ahora con la digitalización y la irrupción de la industria 4.0 se está dando un cambio muy notable. Por ejemplo, la aplicación de sensores nos facilita el trabajo. La digitalización nos da más eficiencia en sectores como el de mantenimiento y prevención porque, además de abaratar costes, nos permite prestar un servicio mejor y más eficiente.

La matriz de Ondoan es una cooperativa pero el grupo no tanto

-El origen, en la matriz, es una sociedad cooperativa del grupo Mondragon. Este cuenta con unos 60 socios cooperativistas pero el grupo tiene ya más de 350 trabajadores. Cuando un empleado lleva algún tiempo en la empresa se le ofrece ser cooperativista. En el País Vasco se entiende pero fuera no tanto.