BILBAO - La toma de control de Euskaltel por parte de Zegona y sus planes de crecer con rapidez en el Estado español y mejorar los resultados a corto plazo ha producido efectos distintos en los inversores y en los trabajadores. Los primeros valoraron positivamente la acción en Bolsa que subió un 3% ayer mientras que los segundos, según el comité de empresa, mostraron “su preocupación máxima y su intranquilidad total” ante los cambios en Euskaltel .

Para nadie es un secreto que la integración en un sólo grupo de tres compañías como Euskaltel, R y Telecable puede acarrear en manos de Zegona un mayor proceso de concentración de las estructuras en aras a reducir el coste al máximo y maximizar el beneficio a corto plazo lo que podría conllevar un ajuste de plantillas, al menos eso se teme entre el personal del grupo con sede en Derio.

El presidente del comité de empresa Euskaltel, Javier del Blanco, de CC.OO. destacó ayer, según Europa Press, la “preocupación máxima e intranquilidad total” ante los cambios que se están produciendo en el operador de telecomunicaciones vasco.

El representante de los trabajadores de Euskaltel señaló que “parece que lo que llega no es bueno”, haciendo referencia a los ajustes que se suelen realizar tras este tipo de operaciones. “Todos sabemos que lo que viene asociado a estos procesos no son precisamente acciones positivas hacia la plantilla y la personas”, indicó.

Javier del Blanco afirmó que, -dado el peso que va a tomar Zegona en las decisiones sobre la estrategia de Euskaltel-, el comité está a la espera de conocer “si esa capacidad de gestión va orientada a un modelo de negocio y a un proyecto sostenible y respetuoso a largo plazo” o si “lo que se pretende es ganar una buena cantidad de dinero en el menor tiempo posible”.

La inquietud de los trabajadores también llegó al Parlamento Vasco que aprobó un texto respaldado por los partidos PNV, PSE y PP, en el que se insta al Gobierno vasco, pero también a Kutxabank, a adoptar medidas para garantizar el arraigo de Euskaltel en Euskadi.

En este sentido, el Gobierno vasco lanzó un mensaje de “tranquilidad” en relación al futuro de la compañía y a su arraigo en el País Vasco, indicando que conocía el cambio en el operador vasco de telefonía, al mismo tiempo que afirmaba que el citado cambio de consejero delgado no implica en ningún caso una modificación de los estatutos de la empresa que garantizan “el arraigo” de la compañía a Euskadi. Como se recordará, Euskaltel en sus estatutos exige una mayoría del 75% del capital para adoptar decisiones como la del cambio de domicilio social y fiscal de la compañía.

En todo caso, que una compañía que surgió del impulso de la Administración vasca pase a estar controlada por el fondo inversor británico Zegona, entre cuyos objetivos no está la visión a largo plazo sino mejorar la rentabilidad rápidamente para poder vender la empresa, sí preocupa a parte de la sociedad vasca.

En cambio en Bolsa, los inversores valoraron bien la entrada de García como consejero delegado pues los títulos repuntaron un 3% hasta los 7,8 euros, todavía lejos de los 9,5 euros que pagó Zegona en su día.