BILBAO - Tras el éxito de la primera edición, el Gobierno vasco ha decidido ampliar en cien millones la emisión de bonos sostenibles de este año. El objetivo será captar 600 millones de euros, con vencimiento a diez años, en el que será el mayor paquete de deuda vasca de la última década. Sin embargo, es una cifra que no será difícil alcanzar ya que la demanda de los inversores triplicó el año pasado la oferta y las condiciones de mercado son muy favorables. El consejero de Hacienda y Finanzas, Pedro Azpiazu, presentó ayer en Gasteiz las claves de esta emisión de deuda, destinada a captar fondos para financiar proyectos en el ámbito de la educación y sanidad, así como a iniciativas de la denominada economía verde.

La “excelente acogida” del programa el año pasado ha animado al Gobierno vasco a dar un paso adelante. No solo se aumenta el volumen de la emisión en casi un 17%, también crece el pool de bancos que participan en la emisión y además se explorará el interés de los inversores en nuevos países como Holanda. De este modo, Caixabank y Sabadell Guipuzcoano se suman a la lista de entidades financieras que participan en el programa (BBVA, Credit Agricole, HSBC, Kutxabank -a través de Norbolsa- y Banco de Santander).

Azpiazu, que compareció junto al viceconsejero de Economía, Finanzas y Presupuestos, Alberto Alberdi, y el director de Política Financiera, Francisco Javier Arnaez, explicó que la ronda de presentación a los inversores se inició ayer mismo y que la emisión del Bono Sostenible Euskadi se producirá “cuando las condiciones así lo aconsejen”. Alberdi añadió por su parte que las condiciones actuales en los mercados son “muy buenas”, lo que invita a pensar que la colocación se realizará en un plazo relativamente corto de tiempo.

Más allá de los recursos financieros que proporcionará este instrumento, la apuesta de Lakua por los bonos con criterios sostenible es clara. El Ejecutivo de Iñigo Urkullu tiene “el firme propósito de desempeñar un papel importante en el desarrollo del mercado de bonos sostenibles” de cara a “promover la financiación responsable y eficiente para abordar los desafíos medioambientales, económicos y sociales de Euskadi”, indicó Azpiazu. De hecho, los 600 millones comprometidos en esta operación suponen la mitad de las emisiones de deuda previstas en el proyecto de Presupuestos de este año, en torno a 1.200 millones. Aunque las Cuentas están finalmente prorrogadas, esa cifra será la referencia y la emisión de mayor cuantía del año será precisamente la que lleva la etiqueta de sostenible. Las categorías que se van a financiar con esta deuda responsable corresponden en un 83% a programas sociales y el 17% restante a medioambientales. Las actuaciones financiadas serán vivienda asequible, acceso a la educación y a la sanidad, generación de empleo, políticas sociales, transporte sostenible, energía renovable y gestión sostenible del agua, entre otros.

El año pasado los 500 millones emitidos se colocaron en un 65% en inversores internacionales y el resto en vascos y estatales, con un tipo nominal resultante del 1,45% a 10 años. La tipología de inversores fue mayoritariamente de fondos de inversión (38,6%), seguido de entidades del sector seguros (25,9%) y de bancos (22,9%), y en menor representación de fondos de pensiones, bancos centrales y empresas privadas.

Con la colocación de 600 millones en bonos sostenibles prácticamente se agota el límite de endeudamiento de 806 millones autorizado el 15 de marzo pasado por parte del Estado.