BILBAO - El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, defendió el plan energético español para la transición hacia un horizonte de energías limpias en 2030 porque es “un plan ambicioso diseñado con rigor, pero realizable; que nos puede proporcionar una posición privilegiada en el proceso de transición energética, tanto por el aprovechamiento de nuestros recursos naturales como por el desarrollo de nuevas capacidades industriales y tecnológicas”.

El plan del Gobierno español plantea, -según destacó Galán en el transcurso de una junta de accionistas que aprobó su reelección hasta 2023 como máximo ejecutivo de Iberdrola por una rotunda mayoría-, que haya un 74% de generación eléctrica renovable en 2030 en el Estado español, así como movilizar inversiones por un importe de 230.000 millones de euros en renovables, redes de electrificación y mejoras de eficiencia. Todo ello permitirá generar 360.000 empleos mientras se procede al cierre progresivo y ordenado de las centrales térmicas de carbón antes de 2030, y de las nucleares, entre 2027 y 2035.

Galán no dudó en destacar la actuación del Gobierno vasco en el área energética: “El País Vasco no se queda atrás, la Estrategia Energética 2030 y la Estrategia Vasca de cambio climático Klima 2050 sitúan a la eficiencia y la inversión como herramientas clave para mitigar el impacto ambiental, fortalecer la competitividad y avanzar hacia una sociedad más sostenible”, afirmó.

El líder de Iberdrola, cuyo discurso fue interrumpido con aplausos por los accionistas media docena veces, se presentó “ante los dueños de la compañía, ustedes”, en referencia a los accionistas, con el hito de haber superado los 3.000 millones de beneficios por primera vez en la historia. Los buenos resultados obtenidos en 2018 fueron valorados por los 600.000 accionistas de la compañía, incluidos los más de 82.000 vascos. De hecho, los primeros aplausos se produjeron cuando Galán citó el aumento del dividendo hasta los 0,351 euros por acción, el más alto pagado hasta la fecha por Iberdrola, y anunció que prevé elevarlo a 0,4 euros en 2022, cifra que “podría ir incrementándose en línea con el crecimiento de los resultados”. Los aplausos redoblaron cuando indicó que la capitalización del grupo ha superado los 50.000 millones, casi cuatro veces más que en 2001, una cifra que es “el doble que la de sus tres principales competidores, y tercera del Ibex tras Inditex y Santander”.

Más rentabilidad Galán, en una junta convertida en un paseo triunfal en un abarrotado Euskalduna de Bilbao, indicó que desde la última asamblea general, “la rentabilidad total de nuestro valor se ha situado en el 31,9%, frente al 17% registrado por el Eurostoxx Utilities y la caída del 2,4% del Ibex 35”. Pero no sólo habló de pasado, habló, y mucho, de futuro. “El mundo va de una manera rápida hacia una mayor electrificación y esto nos da más oportunidades para todos”.

Oportunidades que espera captar Iberdrola con las actuaciones del plan estratégico 2018-2022 que incluyen un mayor impulso a las energías renovables. “El grupo sigue manteniendo su liderazgo en renovables con una potencia instalada de 30.000 MW y superará los 38.000 Mw en 2022”.

El final del plan, según Galán, permitirá a la compañía anunciar un beneficio bruto de 12.000 millones, lo que implica un crecimiento del 30% frente al de 2018, y un beneficio neto de entre 3.700 y 3.900 millones, con el mismo porcentaje de aumento”.

Ignacio Galán concluyó recordando que con la acción a un precio de 7,8 euros “la rentabilidad por dividendo en un año sería del 5%”. “¿Qué entidad financiera les da ese rendimiento?”, se interrogó el salmantino con el público entregado.

Las votaciones de los diferentes puntos del orden del día de la junta no tuvieron historia y los accionistas renovaron la confianza en Galán para cuatro años más, aprobaron, entre otros, el nombramiento como consejera de la catedrática de Economía, la vasca Sara de la Rica Goiricelaya, que ocupa el puesto que deja Ángel Acebes y eleva al 42% la representación femenina en el consejo, así como la ratificación del consejero Xabier Sagredo Ormaza.