VINO Hans desde la lejana Australia, vestido con elegante pajarita, y osó dirigirse desde el estrado al presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, para llamarse “viejo roble” y preguntarle por el porvenir de la compañía. Fue una de las escenas del retablo de la junta de accionistas de Iberdrola celebrada ayer en el Palacio Euskalduna, cuyo escenario central recreo el fondo de los mares y la fuerza de los vientos. Dio la sensación de que subía marea del verde mar, ese al que se vincula la compañía eléctrica que deja huella en los siete mares y los cinco continentes desde que se declaró una empresa sostenible, amante del medio ambiente.

Fue una jornada cargada con la electricidad de la emoción y los reencuentros en la que se habló de inversiones, beneficios y dividendos entrados en materia aunque hubo más, mucho más. Digamos, por ejemplo, que en las grandes praderas habilitadas para el desayuno y el aperitivo de los accionistas pasaron un sinfín de historias. Desde el billete de 100 pesetas de la República (estaba timbrado en 1936...) que le regalaron a Ignacio y que el presidente, tras comentar con los dadores que, ojeando papeles, había encontrado cupones firmados por Mariano Galán, un antepasado suyo, en 1936, admiró junto al alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, hasta el saludo emotivo con Amaia Quevedo, pasando por la presencia de cuatro deportistas de lujo, María Vicente, Alejandra Quevedo, Gemma Mengual y Ainhoa Tirapu, que dieron una buena imagen de la apuesta de Iberdrola por el deporte femenino y cumplida respuesta a las entrevistas de Silvia Intxaurrondo, cuyas mañas en la presentación fueron agasajadas por Manuel Campo Vidal. José Bonilla fue testigo de los elogios.

Como si hubiesen invocado al espíritu el Gran Bazar de Estambul, la escena acogió una sucesión de puestos de comida, bebida e información; coches que provienen de la saga del Smart Mobility y música en directo de una dinámica orquesta. De todo ello tomaron buena nota gente de la casa como Asis Canales o Rafael Orbegozo; e l presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanes, Jon Ortuzar, Txema Vázquez Eguskiza, Javier Ormazabal; el presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, Roberto Larrañaga, Naiara Tobalina, nueva directora general adjunta de Alumni y Agustín Garmendia, su pigmalión. Era una sucesión de nombres los que se iban saludando. Desde Gorka Martínez, en nombre de BBK, hasta José Luis Sampedro, pasando por Javier Arregi, Javier Aresti, Leire Hormigo, Irantzu Núñez, Asier Castro, Edorta Ramos, Silvia Meseder, Ana Isusi y Mónica Serrano, sin olvidar las presencias de Juan Elejalde, Cristina Arana, Estanis Azanza, Ander, Eneko y Jon Anasagasti, una familia ligada a Iberdrola desde tiempo ha que acudió al encuentro con los dividendos y la información de la compañía; el director de DEIA, Juan José Baños, y un buen puñado de gente más que disfrutaron de un encuentro que tuvo el aire del showbussines norteamericano.

Todos ellos escucharon cómo Galán, el viejo roble, seguirá cuatro años más al frente de la nave. Hubo algunas noticias más. Por ejemplo la reelección de consejeros de María Helena Antolín, José Walfredo Fernández, Denise Holt y Manuel Moreu, en tanto que Xabier Sagredo pasó de ser consejero externo a independiente lo que propició el nombramiento, como consejera independiente, de la catedrática de Economía y actual directora de la Fundación ISEAK, Sara de la Rica. Todo eran celebraciones.

¿Qué pensarían Emilio Sagi y Daniel Bianco de la puesta en escena...? Supongo que maravillas. Dan fe de lo que digo Begoña Anguisola, Andoni Aldekoa, director gerente del palacio Euskalduna y Ana Arana, Francisco Olarreaga, Eduardo González, Santiago Alonso, Gregorio Relaño, Carlos Sallé, Carlos Fernández, Luiz Gómez, el notario Ramón Alkorta, Michelo Artiach, Jesús Chirapozu, Dolores Aspiazu, Ramón Talasac, Lorena Rodríguez, Petra González, Hortensia Gutiérrez, Gonzalo Herrero, Ismael Anton, José Jiménez, Yolanda Sapo María Rosa Álvarez y una legión de asistentes que fueron celebrando las buenas nuevas en torno a su inversión. Por ser ya casi costumbre ni se comentaba el regalo de la compañía eléctrica a la ciudad: durante unas horas al transporte en tranvía fue gratuito.

Por la alfombra verde, remedo de la alfombra roja, desfilaron otros nombres propios como los de José Miguel Rabadán, José Manuel Rodríguez, Agustín Salazar, Cosme Prieto, Tomás Fernández Viarte, Javier Irigoyen, Iñaki Bengoetxea, Jerónimo Duro, Ana Dávila, Juanjo Zalbide, María Jesús Palomero, Mila González, Javier Zalbidea y un sinfín de nombres propios que disfrutaron de un encuentro en el que Iberdrola bajó a la tierra y se saludó con los suyos, con los señores y las señoras accionistas.