gasteiz - Más allá del escalofrío inicial experimentado cuando Tom Enders, presidente ejecutivo de Airbus, anunció el pasado 14 de febrero la cancelación del programa A380, la sensación semanas después entre la aeronáutica vasca es que a pesar de la magnitud de un proyecto sideral como el del superjumbo europeo, su desaparición dentro de un par de años no tendrá el impacto suficiente como para alarmarse. Más bien al contrario.

Teniendo en cuenta el carácter cíclico de la industria aeronáutica, la paralización de un programa de estas características es algo que siempre ha ocurrido y ocurrirá. En este sentido, advierten desde Hegan, el clúster vasco del sector -agrupa a 178 centros productivos en todo el mundo que el pasado ejercicio facturaron 2.425 millones de euros y emplearon a 14.457 personas- de que una visión a largo plazo y una estrategia sólida, unidas a la excelencia en el suministro de productos y servicios y una buena diversificación, son elementos clave para el devenir de las empresas vascas de este ámbito.

Las compañías vascas del sector generaron, en los momentos de máximo apogeo del A380, en 2007, un negocio anual de 4.000 millones de euros y emplearon a casi 300 personas. “La cancelación de un programa abre nuevas ventanas de oportunidad para una industria preparada y capacitada como es la nuestra”, abundan desde este clúster vasco, que dirige su mirada hacia programas de Airbus como el A320 y A350, que este año comenzará a ser rentable.

Incluso el A330, un modelo bimotor con una capacidad máxima de 335 pasajeros y capacidad para transportar hasta 70 toneladas de carga, tiene en estos momentos un repunte en las ventas cuando hace unos años parecía un programa obsoleto.

diversificación “Una de las fortalezas que tiene nuestro tejido empresarial es la diversificación, pues los miembros del clúster trabajan en prácticamente todos los grandes programas a nivel global. Este hecho, sumado a que nuestras empresas eran conscientes desde hacía tiempo de este escenario, hace que las veamos preparadas para afrontar cualquier decisión que se tome desde Airbus con respecto al A380”, concluyen desde la agrupación sectorial presidida por Carlos Alzola.

Con la cancelación del A380 desaparece un hito para la industria aeroespacial vasca, pues le permitió desarrollarse y crecer hasta trabajar de tú a tú con otros competidores que llevaban casi un siglo fabricando aviones cuando en Euskadi apenas había aún experiencia en el sector. El superjumbo dio visibilidad a esta industria y le permitió posicionarse ante los grandes clientes. Ahí está el caso de Aernnova. La firma de Iñaki López Gandasegui sigue suministrando tecnología de primer nivel a las principales empresas del mundo.

Con todo, el impacto real de la cancelación de este programa será muy limitado, puesto que la industria aeronáutica vasca ya ha puesto las miras en nuevos objetivos. La diversificación, como señalan desde el clúster del sector, es la clave que permite a las empresas vascas mantener la solidez y seguir siendo una de las referencias del conjunto de la industria de Euskadi. - A. Goñi