ES muy posible que consuma Tulipán o Flora y que utilice mayonesa Hellmann's sin jamás haberse preguntado dónde la fabrican y mucho menos sabiendo que lo hacen aquí mismo, en Euskadi, en la localidad vizcaina de Leioa. Mahonesas, salsas, margaritas que luego se venden en el mercado estatal y europeo con éxito que repercute en nuestro entorno laboral y productivo. Y en periodo de crisis, que uno de los productos emblemáticos de la firma, la margarina, cumpla 65 años desde que salió de Euskadi al mercado estatal y europeo indica que a su idea inicial ha sumado innovación, respeto al medio ambiente y sostenibilidad productiva que permite a sus 300 trabajadores mirar al futuro con optimismo.
Cada día entre 30 y 40 camiones cargados de margarinas, mahonesas y salsas, salen de la fábrica que la multinacional Unilever tiene en Leioa para ser distribuidos por 20 países europeos. Cerca de 300 empleados trabajan en tres turnos para que la producción no se pare. De hecho, la fábrica mantiene su actividad ininterrumpidamente todo el año. El 80% de las salsas viajan al Reino Unido, mientras que el 100% de las margarinas se quedan en el Estado.
El germen de la fábrica de Leioa hay que situarlo en 1945, cuando en plena posguerra un grupo de empresarios vascos fundaron la empresa en Lamiako (Leioa) bajo el nombre de AGRA (Ácidos Grasos y derivados). Quince años más tarde, Unilever -una compañía anglo-holandesa surgida en 1930 de la fusión de la empresa de margarina Unie y la de jabones, Lever- adquirió el 60% del centro y pocos años después su totalidad. Sin embargo, el verdadero hito de la empresa se produjo en 1966, cuando se comenzó con la elaboración de la margarina Flora. También fue significativo, en el año 2000, el comienzo de la producción de la mayonesa Hellmann's en la fábrica.
Desde entonces Leioa continúa realizando mejoras continuas en el centro con el objetivo de mantener la capacidad de aumentar el número de producciones y trabajar paulatinamente en la focalización de las categorías que actualmente se elaboran en la planta.
La primera receta de margarina se remonta a 1869, cuando el emperador Napoleón III de Francia ofreció una recompensa a quien pudiera elaborar satisfactoriamente una alternativa a la mantequilla que fuera asequible para toda la población.
Fue el científico francés Hippolyte Mège-Mouriés quien elaboró la primera margarina, a la que le otorgó este nombre por su color similar al de una perla (la palabra margarina proviene de la palabra griega margaritari que significa perla). En 1871, el fundador de Unilever, Jurgen-Van den Bergh, compró la patente y comenzó la producción de margarina.
Con el tiempo, la formulación de la margarina se ha ido mejorando continuamente para alcanzar los valores nutricionales y organolépticos deseados hasta llegar a la margarina que tomamos actualmente.
fin de las grasas trans A finales del siglo XX, Unilever llevó a cabo estudios en los que se observó la relación entre las grasas trans, nutriente que se encontraba en la margarita, y el aumento de los niveles de colesterol. Por ello empezó a investigar en la elaboración de la margarina, consiguiendo en 1994, introducir una política de producción nueva para reducir las grasas trans de las margarinas por debajo del 1%, gracias a la eliminación del proceso de hidrogenación parcial en la elaboración de las margarinas.
"Gracias a esta evolución en la receta de la margarina, hoy la margarina es un alimento recomendable para incluir en una alimentación variada y equilibrada", asegura Blanca Lozano, dietista y nutricionista de Unilever y Flora.
Esta dietista y tecnóloga de los alimentos explica que las margarinas de la compañía están pensadas para distintos usuarios. "Tulipán está pensada para niños y niñas en edad de crecer. Al alcanzar la adolescencia se preocupan por su línea y las calorías que ingieren, por eso contamos con Ligeresa. Cuando se hacen mayores se preocupan por cuidar su salud y pueden disponer de Flora y Flora pro-activ que les ayuda a reducir el colesterol. Y la margarina Artua, sin lactosa, para cualquier edad", explica didácticamente la especialista.
"La innovación es fundamental para cualquier compañía líder en el mercado. En Leioa se han implementado proyectos de gran relevancia para Unilever. Por ejemplo, la fábrica de Leioa, la única del Estado, fue la primera y ahora es la máxima productora en incluir fibra cítrica en mayonesas lo que permite elaborarlas con menos grasa y por tanto, menos calorías", explica Mikel Tejadas, director de planta de la fábrica Unilever de Leioa, la única que tiene la compañía en el Estado, cuya central se encuentra en Barcelona.
"Esta compañía tiene un plan ambicioso para el año 2020: conseguir doblar el tamaño del negocio a la vez que reducir su impacto medioambiental e incrementar su compromiso social", añade Oscar Estevez, responsable de producción.
Para lograr estos fines, hace cuatro años lanzó el Plan Unilever para una Vida Sostenible, fundamentado en tres pilares: la salud y el bienestar, el medio ambiente y la calidad de vida.
huella medioambiental Éstos se traducen en tres objetivos desafiantes a lograr en el 2020. A saber: ayudar a más de 1.000 millones de personas a mejorar su salud y bienestar, reducir a la mitad la huella medioambiental de sus productos y que el 100% de las materias primas procedentes de la agricultura sean de origen sostenible.
El Plan Unilever para una Vida Sostenible se centra en tres ámbitos que garantizan el impacto positivo en todo el ciclo de vida de sus productos e integra la sostenibilidad en sus marcas y en las personas que forman parte de la compañía.
La empresa de Leioa establece estrictos estándares de calidad tanto en los ingredientes empleados como en todos los procesos. "Se denomina calidad integrada", dice Jaione Aburto, responsable de calidad de la fábrica, que trabaja con más de 20 países.
En este sentido, Mikel Tejadas, el responsable de la planta desde hace dos años y siempre poniendo en valor a su equipo, insiste al señalar que los consumidores tienen la garantía de que hay un compromiso con la innovación y la sostenibilidad que implica ser respetuosos con el medio ambiente, garantizar la trazabilidad de los ingredientes utilizados y dar un valor añadido a los productos. "Como compañía, Unilever comprende que el precio de ser líder consiste en marcar el rumbo en lo que a innovación se refiere, así como en la mejora continua de los productos y en la exploración constante de nuevos campos", sentencia.
Respecto a la sostenibilidad, la planta de Leioa -que cuenta con su propia refinería para el aceite- ha conseguido reducir a cero la cantidad de residuos con destino "vertedero", es decir, todo residuo generado en la fábrica tiene como destino el reciclaje y la reutilización.