BILBAO. Junto a su gemelo, el "Simon Stevin", entregado en 2010 al mismo armador, son los dos barcos más grandes del mundo en su categoría. El nuevo buque tiene 191 metros de eslora, 40 de manga y una altura a la cubierta de 13 metros. El punto más alto del buque está situado a casi 40 metros sobre la base.

Para realizar su trabajo en los fondos marinos, que consiste fundamentalmente en el tendido de líneas telefónicas, eléctricas o gasoductos, la nave cuenta con dos grandes cántaras en cubierta con una capacidad conjunta para 35.000 toneladas de piedra, que deja caer al fondo de mar mediante un sistema de tuberías, hasta una profundidad máxima de 2.000 metros.

Esta operación es apoyada en el fondo por un vehículo articulado que dirige el conjunto de tuberías por las que bajan las piedras. Este vehículo, denominado ROV, tiene unas dimensiones de unos 4 metros y es controlado por vía remota. Dispone de cámara de vídeo para grabar a su alrededor y de unas pequeñas hélices para desplazarse.

El vehículo está unido al buque por un cordón umbilical por el que bajan los cables eléctricos que alimentan sus motores y la fibra óptica para transmitir las imágenes y sonidos. Está también soportado por un sistema de cables unidos a unas poleas y unas grandes grúas que lo mantienen en la posición fijada.

El acero con el que está construido el barco, según ha informado el astillero, pesa 13.000 toneladas. Si a eso se añaden todos los equipos, cables, tuberías, etc. su peso en vacío se acercaría a las 20.000 toneladas. Solamente las tuberías de su interior suman una longitud próxima a los 45 kilómetros.

Es el barco más grande de su categoría en el mercado mundial, tiene capacidad para 84 personas, 14 más que su predecesor, el "Simon Stevin", lo que le permitirá realizar trabajos en alta mar durante más tiempo.

En los casi dos años que ha durado la construcción han trabajado unas 500 personas al mes de media.

La construcción de este barco, según reconocieron recientemente los responsables de astilleros vizcaíno, ha supuesto un "contrato clave", que ha resultado "vital" para el mantenimiento de la actividad en las gradas de Sestao tras la suspensión por parte de Bruselas de "tax lease", la herramienta de financiación del sector naval español, que ha impedido la contratación de nuevos buque en los astilleros de toda España.

Este ha sido el noveno barco construido por La Naval para el Grupo Jan de Nul desde 2002. Desde su privatización, La Naval, (de Construcciones Navales del Norte, CNN) se ha especializado en la construcción de busques de alto contenido tecnológico, convirtiéndose en uno de los pocos astilleros europeos capaces de asumir la construcción de barcos de altas prestaciones, según sus responsables.