La exposición de los fabricantes de automóviles europeos a China sigue siendo un peligro para sus negocios tras los aranceles que tiene la intención de aplicar la Comisión Europea sobre las importaciones de vehículos eléctricos procedentes del gigante asiático. La industria ha estado advirtiendo durante los últimos meses del peligro de estas trabas comerciales para el futuro de sus operaciones en Asia, siendo los fabricantes alemanes los más expuestos a una posible guerra arancelaria y, en consecuencia, los que demandan una solución temprana.

Mercedes-Benz es una de las automovilísticas con un mayor porcentaje de negocio en China. El gigante asiático y la región representan un tercio de las ventas de vehículos para el fabricante germano del segmento premium: uno de cada cinco coches vendidos por la marca en China se importan de Alemania. En concreto, la marca del grupo Daimler exporta modelos como el Clase S y el Maybach a China, mientras que los modelos de gama media los produce localmente, por lo que estos no se verían afectados por las propuestas del Ejecutivo alemán. Por otro lado, el grupo BMW genera casi un tercio de las ventas de unidades en China, aunque acorde a sus últimos resultados, solo el 13% de las matriculaciones procedente de automóviles importados, principalmente, los más caros.

La germana cuenta con una participación del 75% en una joint venture con la China Brilliance Automotive que produce coches para que los alemanes los vendan en China y el eléctrico iX3 para su exportación a Europa. En este caso, este último modelo sí que se podría ver afectado por los aranceles comunitarios. En este caso, dentro del plan estratégico del grupo está ampliar la cuota de mercado en China hasta el 15% para 2030 y reducir los costes en 40% para poder competir en una mejor posición con las marcas chinas. De hecho, BMW y Volkswagen han creado en los últimos meses una empresa conjunta con SAIC Motor para la producción de vehículos eléctricos en Shanghai a través de la cual van a invertir más de 4.675 millones para expandir la producción local.

Peor es el caso de Porsche ya que el fabricante de automóviles de lujo registra casi el 25% de sus ventas en China, al menos, así fue durante el primer trimestre de 2024 y todas ellas con vehículos importados fabricados en Europa. Al tiempo, la sueca Volvo cuenta con un 4% de las ventas chinas procedentes de importaciones y un 10% de sus beneficios registrados en el gigante asiático.

Con respecto de Stellantis, que incluye marcas como Citroen, Peugeot, Fiat, Jeep, Opel o Lancia entre otras, el grupo cuenta con una exposición regional más reducida aunque ya se está planteando traer a Europa la fabricación de algunos de los modelos de Leapmotor que quieren empezar a comercializar en 2026.

CONFLICTO COMERCIAL

CHINA PREPARA SU REACCIÓN

lntercambios. Las empresas chinas están pidiendo al Gobierno de Xi Jinping que responda de forma contundente a la propuesta de imposición de aranceles de la Comisión Europea. Según medios estatales chinos, la imposición de trabas comerciales de hasta el 48% a las exportaciones de coches fabricados por BYD, SAIC o Geely, entre otras empresas, desde el próximo 4 de julio, puede elevar las tensiones políticas entre Bruselas y Pekín. En este caso, China ha llegado a valorar la imposición de aranceles del 25% a las grandes empresas de la automoción que podrían costarle hasta 4.000 millones de euros en intercambios comerciales a la industria europea, según el Instituto Económico Kiel.