madrid. Los plazos de Red Eléctrica en los proyectos, unos cinco años, hacen que se vuelque en actuaciones no inmediatas. ¿Es la línea Bilbao-Burdeos, prevista para 2016, una prioridad, casi una obsesión?
En estos momentos sí. Las interconexiones con Europa son las inversiones más importantes en la década, son nuestra prioridad. Ya hemos lanzado la construcción de la Bilbao-Burdeos, tenemos mucho trabajo que hacer, pero ya la hemos lanzado. Nuestra prioridad real es cerrar con nuestros homólogos franceses las localizaciones del trazado de la línea de interconexión con Francia por el golfo de Bizkaia, porque no tenemos identificado cuál va a ser el punto de interconexión ni en la costa vasca ni en Aquitania, en la red cercana al río Garona.
Lo que sí tienen es un criterio base para los nodos.
Nuestra condición es que sea un nodo lo suficientemente fuerte de la red vasca, con una salida ambiental y constructivamente viable. Es un cable submarino, hay que salir al mar y su desarrollo por el lecho del golfo debe ser viable. Tiene dificultades técnicas y requiere análisis ambientales. Hay que valorar las necesidades técnicas del punto de la red vasca del que queremos salir y cuál es la salida ambiental y técnicamente más viable. Trabajamos en ello, como también en la identificación de la subestación de conexión en el ámbito francés. Queremos que sea en un punto lo suficientemente robusto, lo más al norte posible, porque la red eléctrica francesa es muy débil en el sur. Cuanto más alto lleguemos, mejor desde el punto de vista de la capacidad de apoyo entre sistemas.
Una vez lanzado el proyecto y a la espera del acuerdo político, los ritmos se acelerarán.
Sí, estamos a la espera del acuerdo político entre los gobiernos español y francés, que creemos que se cerrará este año. Eso nos permitirá elaborar el diseño del proyecto en torno a 2012-2013 y construirlo entre 2014 y 2016. Ese es nuestro calendario, que entre en servicio en 2016.
Lo que no satisface los objetivos de interconexión de Red Eléctrica.
No, a nivel europeo se ha establecido un mínimo de un 10% de capacidad de interconexión, eso es muy importante.
¿Cómo le afecta a los ciudadanos?
En seguridad de suministro, en capacidad para que todo el sistema eléctrico europeo te apoye cuando lo necesites. Eso, es muy importante. No solo desde Europa hacia aquí, porque cuando barrió el Cantábrico el ciclón Klauss una parte muy importante del sistema eléctrico vascofrancés y del sudeste de Francia estuvieron alimentados desde el sistema eléctrico español durante unos días. El segundo objetivo es poder compensar con el sistema eléctrico europeo la variabilidad de nuestras renovables.
¿Abaratará la energía estar mejor conectados con Europa?
Ese es el tercer objetivo de reforzar la interconexión con Francia. Un sistema eléctrico con gran capacidad de interconexión genera más competencia, abarata los costes y beneficia al consumidor. La conexión costará dinero y habrá que pagarla entre todos, pero abaratará los costes de la generación, nos facilitará el desarrollo de renovables y nos aportará seguridad en el suministro. Por tanto la prioridad de las prioridades es que el sistema eléctrico del Estado refuerce sus interconexiones con Francia y será la inversión más importante en el sistema eléctrico de Euskadi en esta década.
Le preguntaba antes por los objetivos de interconexión, 6.000 megavatios hasta llegar al 10% del suministro, porque después de la línea del golfo de Bizkaia cabe la posibilidad de que se construya otro tendido con Francia por Navarra.
Sí, lo más previsible es que el siguiente proyecto sea una interconexión eléctrica terrestre por la parte occidental de los Pirineos. Es un trazado que está por definir, pero Navarra es posiblemente el principal candidato. Ese proceso se decidirá dentro de tres o cuatro años para que entre en servicio en 2020.
Red eléctrica tiene previsto invertir cuatro mil millones de euros hasta 2016, qué porcentaje se destinará a la línea Bilbao-Burdeos?
No está incluida en los presupuestos porque ni siquiera está incluida en la planificación. De todas formas en esos cuatro mil millones hay fondos destinados a Euskadi, unos 92 millones de euros.
Aunque la compañía esté trabajando en cómo reforzar sus líneas hacia fuera y esa sea la prioridad, no se detiene la estrategia de reforzar la malla de suministro dentro.
Eso es. Nuestro proyecto más inmediato en Euskadi es reforzar la línea hasta Galdames, porque significa reforzar la línea de todo el Cantábrico, y la interconexión con la Gueñes-Itxaso. Esos dos son los dos proyectos más relevantes en la CAV.
¿Qué plazos maneja Red Eléctrica respecto a la Gueñes-Galdames?
Va a depender de la tramitación de las administraciones. El Ministerio de Industria y el de Medio Ambiente ya han recibido el proyecto y en un mes lo remitirán a la CAV. Tras un plazo de medio año de exposición pública y de alegaciones, podemos estar empezando a construir la línea en 2013 y esa fase será muy rápida, tres meses a lo sumo. Tenemos que ser capaces de ponerla en servicio en 2013. Ya hemos resuelto la parte más importante del problema con la puesta en marcha de la línea Penagos-Udalla, estamos ya en condiciones de inyectar energía en la red del Este de Cantabria. Nos queda por resolver la seguridad que daría al sistema de Cantabria y Asturias la interconexión con el País Vasco y el problema de la evacuación de Bahía Bizkaia. Eso solo lo resuelve con la interconexión Gueñes-Galdames.
¿Es la tramitación y la oposición local el principal freno para el desarrollo de la red, incluso más que la falta de financiación en crisis?
Sí, sí, sí. Nuestro cuello de botella son las tramitaciones. Tenemos un sistema muy garantista al que hay que darle una vuelta, no reduciendo la protección, las garantías del sistema, sino acortando plazos innecesarios. Los proyectos hay que revisarlos en profundidad, hay que estar claramente seguros de que uno escoge el mejor trazado.
Eso genera un debate.
Sí, hay ocasiones en el que el consenso absoluto no es posible, que el mejor trazado para una comunidad no es el mejor para otra. Como nos ha sucedido durante tantos años en el Vitoria-Muruarte. A nosotros no nos toca decidir por dónde va a ir. Nosotros presentamos a las administraciones las diferentes alternativas, les decimos estas alternativas son técnicamente viables para resolver este problema, díganme ustedes cuál elegimos. Y a veces como ha sucedido en la Vitoria-Muruarte nos atascamos extraordinariamente hasta que al final, surge una solución que responde a la funcionalidad que nosotros exigíamos y que es aceptable para todos. ¿La historia de la Vitoria- Muruarte es un revés para Red Eléctrica?, que va, al contrario. Es positivo que se hayan planteado alternativas adicionales a la que habíamos planteado y que nos han hecho replantearnos una mejor solución de menos impacto.