BILBAO. ¿Qué retos se plantean después de la opa sobre el Banco Guipuzcoano?
En el País Vasco queremos crecer en el segmento de empresas porque la suma del Guipuzcoano y del Sabadell sigue estando por debajo de lo que nosotros acostumbramos a tener de penetración en ese nicho de mercado. Vamos a estar con el Guipuzcoano en unas cuotas de 3,5-4% en las grandes magnitudes, es decir, clientes, sucursales, depósitos y créditos y un 23% en el mercado de la exportación y un 10% en operaciones del ICO. En España tenemos que dar un salto y tratar de llegar a una cuota del 7%.
¿La compra del banco vasco cambiará la posición del Sabadell en el mercado?
Es un paso muy importante, porque pasamos de ser el noveno en el ranking de entidades financieras en el País Vasco a consolidar la sexta posición, acercándonos bastante al quinto. Se trata de ir escalando en el ranking, donde están las cajas de ahorro que tienen unas posiciones muy consolidadas y están muy bien gestionadas. La operación del Guipuzcoano es muy natural. Lo vimos muy claro desde que se presentó la posibilidad de la fusión. Es un banco con el que nos sentimos muy cómodos y que tiene una filosofía muy parecida a la nuestra, aunque el Sabadell ha sido más atrevido en su crecimiento no orgánico. Es como estar en casa. Lo que tenemos que hacer ahora es dinamizar y fijar el crecimiento comercial en el País Vasco como una de las prioridades del grupo.
¿Crecer hasta dónde?
Vamos a hacer el plan director del grupo que lo presentaremos dentro de un par de meses y lo incorporaremos al Guipuzcoano. Vamos a tener dos ejes importantes. Uno va a ser el de comercio exterior, sobre todo en un país exportador como el País Vasco, y el crosselling en productos como seguros, en donde está más desarrollado en el Sabadell que en el Guipuzcoano, y la captación de nuevos clientes.
¿Significa que en el Guipuzcoano se han hecho mal algunas cosas?
No. Es un banco con el que nos sentimos muy próximos, pero en este negocio la escala es clave. Por eso hay que crecer más porque en esta actividad la escala te permite costes más bajos y lanzar más proyectos. El Guipuzcoano tenía que regular más sus inversiones para no afectar a su cuenta de resultados. Creemos que con unos profesionales y equipo adecuado, la base de clientes, la capilaridad de la red, una ampliación del abanico de productos, servicios y ser un poco más agresivos en precios nos va a permitir dar un salto importante.
¿Les ha sorprendido que el 97,1% de los accionistas del Guipuzcoano hayan acudido a la opa?
Nos ha sorprendido el éxito de la opa. Contar con ese 97%... Nosotros teníamos el objetivo íntimo, que no lo habíamos expresado por miedo de no que llegara y meter la pata, de alcanzar el 90%, lo que nos permitía deslistar la sociedad y eso es una ventaja clarísima para hacer la estructuración de la operación. Ese era el objetivo íntimo, pero llegar al 97%... no lo había previsto nadie. Ni siquiera ellos que estaban muy seguros de conseguirlo. Esto demuestra hasta qué punto el Guipuzcoano conoce a su base de accionistas, que muchos son clientes. No sé si nosotros lo hubiéramos conseguido.
¿Si no hubiera sido por la situación del Guipuzcoano se hubiera dado ese resultado?
Creo que los accionistas del Guipuzcoano han visto que ha sido una operación que les ha permitido entrar en una acción más líquida, con más dividendo y, en un proceso de reestructuración de la banca, en que el Guipuzcoano se había quedado muy pequeño. Al final la gente tiene mucho sentido común y esa es la respuesta.
¿Le gustaría que Kutxa y BBK continuasen como accionistas del Sabadell?
Si. Me encantaría que siguieran con nosotros. Tenemos una relación muy buena con ellas. Hemos estado en la negociación de la operación y, en mi caso, tengo una gran relación con algunos de sus dirigentes, ya que hemos trabajado juntos, por lo que estaríamos encantados de que siguieran y de que mantuviéramos una relación estrecha. La verdad es que las cajas vascas en este sistema financiero tan susceptible de cambios y con tantas debilidades son unas auténticas fortalezas.
¿La marca Guipuzcoano va a seguir existiendo en paralelo con la del Sabadell o eso está por definir?
El éxito de la opa y la posibilidad de reestructurar la sociedad nos puede permitir ir algo más rápidos en el proceso de fusión fuera del País Vasco. Aquí nos vamos a mover entre la marca Banco Guipuzcoano y Sabadell-Guipuzcoano. Todavía está sin definir porque el Sabadell tiene una presencia notable, sobre todo, en el tejido empresarial. Cuando se coge el País Vasco, Navarra, Cantabria, Rioja y Aragón, las proporciones de los dos bancos en balance son de 60, el Guipuzcoano y 40, el Sabadell. Tenemos que hacer un análisis de mercado para ver cual sería la receptividad.
Todas las fusiones generan excedentes laborales. En este caso afectará a 150 empleados. ¿Cuál va a ser la salida que se les va a dar?
Se va a hacer todo por la vía de las prejubilaciones. No todo va a ser del Guipuzcoano, porque en el centro de Igara no sólo se centralizará el negocio de la zona, sino que se van a realizar operaciones que hasta ahora se hacían en otros lugares. Por ese motivo esas prejubilaciones y jubilaciones no sólo serán del Banco Guipuzcoano.
A lo largo de su historia el Sabadell ha hecho varias operaciones de compra. ¿Usted en cuantas ha participado?
Desde que yo estoy en el banco solamente hemos hecho dos operaciones, la segunda de Estados Unidos y la del Guipuzcoano. Y también estuvimos en el concurso o subasta de Cajasur.
¿Ahora se alegra de no haber ganado ese concurso?
Alegrar no es la palabra. Creo que hicimos la oferta que valoramos que era buena, la que nos iba a crear valor, porque uno parte de la situación que parte y tiene una determinada estructura de capital y capacidad de generar valor. No se trata de comprar por comprar, las operaciones responden siempre a la capacidad de crear valor para el accionista. Eso es clave cuando estás sometido al escrutinio de los mercados. Si los mercados llegan a la conclusión de que estás diluyendo de forma exagerada a tus accionistas, automáticamente te penalizan y ya está suficientemente duro el mercado para que encima tengas una penalización.
¿Por qué no ganaron el concurso por Cajasur?
Pedimos un sistema de protección de activos al FROB, que, en la clasificación de los tres que llegamos a la final, era el menos agresivo, pero nos dejaron fuera. A nosotros nos parecía que Cajasur era una franquicia con un gran potencial, porque estaba muy anquilosada y tenía un elevado nivel de penetración y cuota de mercado en dos provincias. Vimos que era una operación comercialmente muy buena, pero había que evaluar cuánta protección había que tener ante posibles pérdidas por morosidad, pedimos lo que salió en nuestros cálculos y no ganamos.
¿Los bancos que están creando las cajas o las SIP suponen más competencia en el sector?
No sabemos cómo se va a desarrollar este proceso, pero no va a ser fácil. Si ya es difícil y compleja una fusión, como la que hemos hecho con el Guipuzcoano, pues imagínese cuando es, por ejemplo, a cuatro bandas con dominantes no claros y con organizaciones poco acostumbradas a realizar operaciones corporativas