Bilbao. La solución para LBH Spain, antigua Outokumpu de Zaratamo (Bizkaia), en suspensión de pagos desde septiembre de 2009 e inmersa en un ERE de suspensión de cuatro meses, puede llegar del Este; en concreto de Catalunya, de la mano de La Farga Lacambra, cuyos rectores ha mostrado interés en participar en su reflotamiento. Los directivos de la compañía catalana, tras haber visitado las instalaciones, han pedido un poco de tiempo para ultimar su propuesta.

La historia reciente de Outokumpu, dedicada a la fabricación de tuberías de cobre para la construcción y maquinaria -y que en su día llegó a tener 1.000 empleados- viene marcada por la salida de los accionistas finlandeses y el cambio de nombre (LBH Spain), cuya dirección no supo o no pudo con el proyecto, si bien desde instancias sindicales se ha censurado siempre el afán empresarial de favorecer a la otra planta del grupo sita en Lieja.

Sea por uno u otro motivo, lo cierto es que la dirección solicitó la suspensión de pagos con un pasivo de 13 millones tras contabilizar pérdidas de 11,6 en 2008 y prever otras adicionales de 15,5 en 2009. Posteriormente, en enero de este año, presentó un ERE de extinción de 170 contratos de una plantilla de 256, y que a la postre fue rechazado por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Bilbao, que impuso en su lugar un ERE de suspensión de cuatro meses para los afectados, además de instar a las partes a negociar de buena fe y solucionar el conflicto.

Contactos En esta tesitura, y aunque los acontecimientos se han sucedido con relativa discreción, el interés de La Farga Lacambra -dedicada a la fabricación y comercialización de semielaborados de cobre a partir de materiales reciclados- se ha concretado en al menos dos visitas y reuniones con la dirección de Outokumpu y con los administradores concursales; y con el firme compromiso por parte catalana de presentar una propuesta en breve. El Gobierno vasco también ha intervenido en las conversaciones. De hecho, el director de Desarrollo del Departamento de Industria, Juan José Garayar, ha recibido en Lakua a la dirección, administración concursal y representación sindical de la factoría vizcaina; y es conocedor directo del proceso. El próximo martes los trabajadores serán informados del estado de la negociación.

"bUENAS PERSPECTIVAS" Iker Mora (ELA), portavoz del comité de empresa de LBH, apunta que en estos momentos "las vibraciones son buenas", y destaca el interés catalán. Aún así reconoce que aún ha de definirse el plan social y el industrial como primer paso para la salvación de la firma vizcaina.

Respecto al plan social, parece haberse alcanzado un compromiso que no contemplará medidas extremas, por cuanto la racionalización de la plantilla -que sí se produciría- se articulará vía prejubilaciones o bajas voluntarias. En lo concerniente al industrial, las partes deben valorar la compra-venta, la fusión o la creación de una sociedad nueva. En todo caso, parece que a día de hoy -posibilidad recomendada/avalada por el Ejecutivo de Lakua- la idea de que ambas direcciones compartan el destino de Outokumpu es muy factible.

En ese plan industrial habría que limar la arista tal vez más importante, puesto que si la actual dirección de Outokumpu planteó hace meses que el futuro de la planta pasaba por la especialización en la producción de billets -lingotes- de cobre, dejando para la planta belga la producción de tubo -lo que en la práctica significaba el cierre definitivo de la línea 2 (corte de material), el cese temporal de la fundición y el cese indefinido de la línea 1 hasta que se recuperase el mercado-, los catalanes parecen apostar por la diversificación del producto y de las actividades; una teoría también compartida por la parte sindical. Una vez pasada la Semana Santa, los acontecimientos se precipitarán en uno u otro sentido.