El hielo, ese fiel acompañante de un refresco de cola, un combinado o un café, es el encargado de mantener bien fresquitas nuestras bebidas, para ayudarnos a combatir el calor. Normalmente en cubitos, el hielo es simplemente agua congelada a una temperatura igual o inferior a 0º.
El hielo es algo que siempre ha estado presente de forma natural en nuestro planeta, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se inventó la primera máquina para fabricar hielo de manera artificial.
Pese a ser un gran aliado para evitar que las bebidas se calienten, surge un problema. Cuando el hielo se derrite, el agua diluye la bebida que se está tomando, incluso consiguiendo que termine aguada. Por ello, han surgido alternativas que, además de evitar que la bebida termine disuelta en el agua, son reutilizables y ayudan a cuidar del planeta.
Alternativas a los tradicionales cubitos de hielo
Piedras, bolas y varillas enfriadoras
La opción de las piedras ya es conocida por los amantes del whisky, pero actualmente se está extendiendo a todo tipo de bebidas. Además, han surgido nuevas alternativas a estas, como las bolas y las varillas de acero inoxidable. Para conseguir que estos elementos bajen la temperatura de nuestras bebidas el único paso a seguir será almacenarlos en el congelador para cuando los necesitemos.
Paquete de frío instantáneo
Estos paquetes de frío son idóneos cuando se necesita enfriar una bebida o alimento rápidamente si no tenemos ningún otro elemento para enfriar. Estas bolsas no requieren de ninguna fuente de frío, ya que se encargan de enfriar mediante una reacción química.
Cubitos de hielo reutilizables
Esta es la mejor opción y la más parecida a los tradicionales hielos. Se trata de unos cubitos recubiertos de plástico o un material similar, con agua en su interior. Este agua queda congelada en el interior y al derretirse evita que se diluya en el contenido del vaso. Esto permite enfriar la bebida sin tener que preocuparse porque se arruine la bebida.
Vasos con gel refrigerante
Estos vasos cuentan con una doble pared rellena de agua o gel refrigerante, que se congela y se encargará de enfriar la bebida vertida en el vaso.
Congelar el vaso
Un truco muy sencillo pero no tan efectivo es congelar el vaso, o tener siempre algún vaso congelado para cuando se necesite. Este método no enfriará durante mucho tiempo, pero ayudará a que la bebida se mantenga fría durante un rato.