Ahorrar en la cesta de la compra es una prioridad en muchos hogares y una de las formas de conseguirlo, además de apretarse el cinturón, es optar por lo que se conoce como marcas blancas. Son productos que se elaboran y se distribuyen bajo el nombre de la marca del supermercado o del hipermercado que los vende y suelen ser más baratos que los de las grandes marcas. 

Se les conoce como productos de marca blanca porque en sus orígenes, allá por los años 70, se vendían en unos envases blancos con unas etiquetas en las que solo figuraba su contenido y en las que no había ni rastro del nombre del fabricante

Por entonces eran solo productos de primera necesidad, pero ahora podemos encontrar casi cualquier producto en marca blanca y su calidad ha mejorado bastante con el paso de los años. Estos artículos supusieron en 2023 un 43,7% de la cesta de la compra de los españoles, según datos de Kantar Worldpanel.  

Un hombre hace la compra en el súper.

Por qué son más baratas las marcas blancas

Así, con estos datos en la mano, al ir a hacer la compra debemos tener en cuenta principalmente nuestras necesidades, la oferta disponible y, lo que es más importante, las características del producto, sin prestar tanta atención a si es un artículo de marca blanca o de marca reconocida.

Como ya hemos dicho, los productos de marca blanca son, por lo general, más baratos que los de las grandes marcas y esto se debe a distintos factores. Algunos de ellos son:

1- Baja inversión en marketing 

Las marcas blancas no tienen que invertir tanto en publicidad, promoción o marketing como las marcas tradicionales, que necesitan hacerlo para llegar a más clientes. Esto reduce sus costes frente a las marcas reconocidas, por lo que pueden ofrecer sus productos a precios más bajos e incluso, a veces, con mayor calidad.

2- Menor gasto en investigación y desarrollo

Las grandes marcas destinan una fuerte inversión a investigación y desarrollo, lo que irremediablemente acabará incrementando el precio del producto.  

3- Embalaje más barato 

Los productos de marca blanca suelen tener empaques simples y económicos, lo que también reduce sus costes de producción.

4- Mayor oferta

Las marcas blancas pueden ser más baratas porque ofrecen más cantidad y más variedad de productos; su distribución y reposición es mucho más sencilla para los centros que los venden.

5- Distribución directa

Las marcas blancas son vendidas directamente por las grandes cadenas de supermercados que las producen o las mandan a producir, eliminando intermediarios y costes adicionales de distribución. Además, estos distribuidores (supermercados e hipermercados) suelen aplicar a los productos de las marcas tradicionales márgenes superiores que los que aplican a sus marcas blancas, encareciendo así el precio de las marcas tradicionales.

Una mujer lee el código de un producto con el móvil.

6- Economías de escala

Los supermercados producen en grandes cantidades, lo que les permite aprovechar descuentos por compra al por mayor y costes de fabricación más bajos.

7- Menor margen de ganancia 

Las marcas blancas suelen tener márgenes de beneficio más pequeños porque los supermercados las utilizan como una estrategia para atraer consumidores con precios bajos y fomentar la lealtad.

8- Clientela fiel

Si sabemos de dónde es la marca blanca que buscamos, la encontraremos fácilmente en el súper que la ofrece y esto favorecerá su venta. En el caso de los productos de un fabricante en concreto, puede que no estén disponibles para el consumidor en todos los comercios.

9- Marca encubierta

La calidad de algunos productos de marca blanca es a veces muy buena debido a que muchos de ellos son fabricados por las grandes empresas, solo que bajo el nombre de una marca blanca y por supuesto a menor precio.

10- Mayor ahorro

Al ser los productos de marca blanca más económicos, el consumidor puede comprar más artículos sin gastar más dinero

La combinación de todos estos factores va a permitir que los productos de marca blanca puedan tener unos precios más competitivos sin tener que sacrificar necesariamente la calidad del producto. En resumen, como decía allá por 1986 el eslogan del mítico anuncio de una conocida marca de detergente para lavadora: "Busque, compare y si encuentra algo mejor... cómprelo".