Los bancos han vuelto a hacer tambalear la estabilidad financiera internacional. La crisis desatada en Estados Unidos con la caída del Silicon Valley Bank (SVB) la semana pasada ha hundido las cotizaciones de los principales bancos españoles y ha destapado las debilidades de muchas entidades financieras europeas. La más afectada ha sido el helvético Credit Suisse, que vio hundirse su cotización de manera abrupta el miércoles y el jueves el Banco Central de Suiza tuvo que salir a rescatarlo con 50.600 millones de euros.

Los bancos españoles no han sido ajenos al efecto contagio y varios registraron descensos de dos dígitos. Sabadell, BBVA, Bankinter y Santander fueron los más afectados, así como CaixaBank y Unicaja, y todo el sector financiero experimentó días difíciles. De hecho estos seis grandes bancos perdieron 24.000 millones de capitalización bursátil desde pasado viernes.

Las bolsas se han cebado con los bancos españoles pese a no tener un vinculación directa con la entidad estadounidense quebrada y a que no tienen exposición con la entidad suiza y a que presentan unos balances sanados y unas coberturas anticrisis vigiladas por Bruselas que deberían ser suficientes para entrar en crisis.

La caída del SVB se ha debido a la falta de liquidez, no a su solvencia, y ha estado propiciada por la retirada masiva de depósitos de las empresas tecnológicas (sus principales clientes) ante la escasez de efectivo y el encarecimiento del crédito por la subida de los tipos de interés.

Ante este escenario convulso muchos son los ahorradores españoles que se preguntan si sus ahorros están seguros en los bancos y si existe el mismo peligro que en EEUU o que con el Credit Suisse.

La respuesta es claramente que sí. El modelo bancario español es diferente al norteamericano y los controles y coberturas, en principio, deberían ser suficientes. Pero el peligro que presentan estas crisis es el efecto contagio, que todas las autoridades monetarias españolas y europeas se han preocupado mucho de descartar.

La incertidumbre actual no es comparable a la generada en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers y la posterior crisis financiera mundial que obligó al rescate de numerosos bancos.

A lo que estamos asistiendo es a un descenso de las cotizaciones en bolsa de los bancos, firmas que habían experimentado importantes subidas en lo llevamos de año.

En cualquier caso sólo hay un escenario más negativo que el actual, y es que el miedo se generalice y desemboque en una situación de pánico genere retiradas masivas de fondos en un periodo corto en los bancos españoles. Y eso no tiene visos de que se produzca.

Además debes tener en cuenta que el Fondo de Garantía de Depósitos protege los primeros 100.000 euros depositados en cada banco, con lo que el Estado garantiza hasta esos 100.000 euros por titular. Si tienes más de dicha cantidad lo recomendable es dividirla entre varios bancos para que en caso de una posible quiebra recuperes tu dinero. Los países de la UE tienen mecanismo similares a instancias del BCE y en EEUU es de 250.000 dólares.

Esta crisis está teniendo un efecto positivo, y es que las autoridades monetarias de EEUU y la UE están analizando un cambio de estrategia y un frenazo anticipado de las subidas de tipos de interés para contener la inestabilidad financiera. Tal es así que en España el Euribor ha bajado un 0,6% en una semana desde casi el 4% de la semana pasada, para el alivio de los millones de ciudadanos que tienen una hipoteca y que han visto cómo se disparaban sus cuotas en los últimos meses.

En cuanto a los tipos de interés, el BCE subió el jueves el precio del dinero otro 0,5% hasta el 3,5%, aunque dejó en suspenso nuevas alzas en los próximos meses con el objetivo de capear la crisis y llevó la calma a los mercados financieros. También lanzó un mensaje de que el sistema bancario europeo está saneado y que tiene capacidad de resistencia y posiciones de capital y de liquidez sólidas. Y dejó claro que está listo para inyectar liquidez a la banca si fuera necesario. En cuanto a la economía, observa un mayor crecimiento del previsto pero por contra una inflación algo más elevada.

El terremoto bancario nos deja un panorama de crédito más escaso y caro, lo que favorecerá el enfriamiento de la demanda, y con ello de los precios, el objetivo final del BCE y la Reserva Federal de EEUU.

Otro de los efectos positivos de esta crisis será que la regulación, los controles y los niveles de cobertura mejorarán para evitar situaciones similares. De todas las crisis se sale, pero en esta aún es pronto para vaticinar cuándo.