Gorka Aranberri, patrón de la trainera de Bermeo, se mostró exhultante de alegría tras cruzar la línea de llegada y lograr su novena victoria en la Bandera de La Concha, igualando así el histórico récord del patrón pasaitarra Manuel Arrillaga, Aita Manuel, en la primera mitad del siglo pasado. El patrón zarauztarra dejó en un segundo plano el éxito personal para destacar el trabajo realizado por su equipo en las dos jornadas de la cita donostiarra. “No le doy demasiada importancia al hecho de haber igualado la marca de Aita Manuel. Supongo que dentro de cien años, cuando la gente lo lea, se acordarán de mi”, destacó un exultante Aranberri.
Desde la Bou Bizkaia cerraron rápidamente las puertas a una hipotética remontada por parte de sus rivales, algo que valoró el patrón de referencia en La Concha, que encadena cuatro banderas consecutivas, una con Santurtzi y tres con la embarcación bermeotarra. “Los chavales han realizado un trabajo magnífico. En el primer largo era importante situarse en cabeza para minar la moral de los rivales”, confesó Aranberri. En la jornada de ayer, Urdaibai rebajó en menos de un segundo el tiempo realizado en la primera jornada. Y el patrón de la Bou Bizkaia vio a sus remeros con opciones de pugnar por batir el mejor crono de La Concha. “Nos hemos encontrado con viento en contra en el segundo largo pero lo cierto es que estos chavales estaban en disposición de destrozar cualquier registro. Hemos gozado con la ola de popa”, aseguró el patrón de la trainera campeona.
Todos los remeros de Bermeo-Urdaibai habían ganado en alguna ocasión la Bandera de La Concha antes de la jornada de ayer. Todos menos uno: el gallego arrantzale Alberto Vidal. El técnico Iker Zabala logró su décima victoria, seis como remero y cuatro como entrenador y Alain Kolunga celebró su octavo triunfo, todos con la Bou Bizkaia.
Recibimiento en el ayuntamiento
El pueblo de Bermeo se echó a la calle en la tarde de ayer domingo en uno de los días grandes de las fiestas de Andramari para brindar un cálido recibimiento a sus remeros.
La plaza Sabino Arana se quedó pequeña para congregar a los cientos de aficionados que se dieron cita frente al ayuntamiento para celebrar la consecución de la octava victoria en la Bandera de La Concha.
