Aranberri (Donostia, 1987) debutó con Zarautz en edad cadete y lo ha ganado todo. No le agrada en exceso que le denominen el Messi del remo largo pero lo cierto es que su destreza al gobernar una trainera le sitúa como uno de los mejores, sino el mejor, patrón del Cantábrico.
Tras un quinto puesto en A Coruña y un tercero en Donostia, a la tercera oportunidad llegó la primera bandera del curso para Urdaibai.
—Nuestra intención era la de comenzar la temporada mejor que el año pasado pero aunque sea de manera involuntaria, hemos calcado el inicio de la liga 2022. No obstante, estamos mejor porque tras la disputa de tres regatas estamos a un solo punto del líder de la clasificación.
¿Se han quitado un peso de encima?
—No me parece así. Desde el inicio mismo de la temporada se estaba diciendo que Urdaibai es el máximo favorito para ganarlo todo y nosotros también lo aceptamos así. Pero eso hay que demostrarlo en el agua. En los entrenamientos el bote va muy bien pero esa rapidez hay que saber trasladarla a la competición. En la regata de Zierbena lo hicimos genial y nos valió para ganar.
La vitola de gran favorito que ostenta Urdaibai, ¿es presión añadida?
—No lo sé. Puede que sí. En algún equipo que no está acostumbrado a estar arribar y tener esa vitola de favorito le puede provocar presión de la mala. En Bermeo sabemos todos que nuestro objetivo es ganar y el que viene a este equipo ya sabe lo que le espera. Nosotros, más que presión desde el exterior, la tenemos dentro del equipo, de la buena, porque sabemos que hay mimbres para hacer grandes cosas.
Qué le sucedió a Urdaibai en el segundo largo de Donostia para perder tanto tiempo?
—Lo mismo que sucedió en Zierbena pero con consecuencias diferentes. El domingo remábamos con Hondarribia en la calle de al lado y nos llegó una ola que supimos aprovechar al máximo para lograr un montón de segundos. En Donostia, pasó lo mismo pero con Donostiarra como protagonista. No es que once traineras lo hicieran mal sino que una lo hizo de cine. En esos casos sólo queda quitarse la txapela y felicitar al ganador.
Estas tres primeras regatas han demostrado que la lucha por las banderas no es cosa de dos, con victorias de Zierbena y Donostiarra en las dos primeras jornadas.
—Así es. Además otros equipos también han demostrado un alto nivel. No hay que descartar a Orio. Con el equipo que tiene algún día va a explotar para dar su mejor rendimiento. Hay que destacar el inicio de liga protagonizado por Cabo da Cruz. Getaria está cuarto en la clasificación tras tres jornadas disputadas y hay que tenerle en cuenta. En la tanda de honor sólo puede haber cuatro traineras pero desde la segunda tanda nos pueden dar un susto en cualquier regata.
La regata de Zierbena puede ser un punto de inflexión para Urdaibai?
—Puede ser. No lo sé. Para los que pensaban que estábamos en crisis quizá sí. Para nosotros, no. Tenemos que seguir en la misma línea y pelear por los banderas y por todos y cada uno de los puntos en juego.
La ‘Bou Bizkaia’ ha mantenido el bloque que la temporada pasada se impuso en la Eusko Label Liga y la Concha. Además, se han producido incorporaciones de tres remeros de calidad contrastada y es el segundo año de Iker Zabala al frente de la trainera. ¿La Urdaibai de este año es más potente si cabe que la del año pasado?
—Puede ser. Mantener el bloque del año pasado te da un plus y se nota. A la hora de introducir cambios sabes por dónde tirar. El primer año siempre suele ser difícil. Este curso, con la experiencia adquirida y habiendo mantenido el bloque, es más sencillo.
Y el sábado les espera en Bilbao, una regata especial, la única contra el crono de la temporada
—Son regatas diferentes, difíciles siempre. La marea estará bajando y las condiciones irán cambiando. Habrá que adaptarse de la mejor manera a la ría y tratar de sacar el máximo rendimiento al equipo.
Cómo lleva eso de que le llamen el Messi del remo largo?
—Con los años he aprendido a hacer menos caso de lo que dicen de fuera y centrarme en mi trabajo para intentar hacerlo lo mejor posible. Me evado de lo que viene desde el exterior, no creo que me aporte nada positivo.
Tiene de compañero a Aitor Gondra, un joven patrón de la cantera.
—Un patrón joven necesita minutos, regatas y meter la pata muchas veces. En Bermeo, para todos los remeros y patrones de cantera es muy difícil dar la talla y cuando entran en la trainera se les exige el máximo. A un chaval de 18 años no le puedes pedir el mismo rendimiento que un compañero que le dobla en edad. Tienen que ir poco a poco y coger experiencia.
Normalmente, las regatas se rompen cuando las embarcaciones se sitúan de popa a la ola. ¿Dónde está la clave para sacar el máximo rendimiento a la fuerza de las olas?
—Cada ola es un mundo. En su trayecto hacia la orilla tiene picos y hay muchos factores que influyen. En el mismo campo de regatas una ola te puede llevar en volandas o dejarte atascado. En cualquier caso, es importante tener un buen equipo, tener bien equilibrada la embarcación y la habilidad del patrón. Todos estos factores tienen que coincidir para sacar el máximo rendimiento a una ola.
¿Y cómo se desenvuelve en su labor de psicólogo del grupo?
—Conozco bien a todos los remeros y la manera de animar a cada uno de ellos. Eso te lo da la experiencia.
La edad media de las tripulaciones que compiten en la élite es cada vez mayor. ¿Qué está sucediendo para que no haya relevo generacional?
—La ACT en su día estableció un reglamento en el que determinaba un mínimo de remeros canteranos y propios que se deben alinear en cada regata. A mi juicio, habría que darle una vuelta a ese tema. En otros deportes existen unos baremos con los que se obliga a los equipos a contar con deportistas sub’23 para dar oportunidades a los jóvenes. Vivimos una situación que exige una reflexión. Si analizas las plantillas, estamos los mismos que hace veinte años y el relevo generacional viene lento. Esos que llevan muchos años tienen mucha experiencia y técnicamente reman muy bien. De momento, vale más eso que un joven explosivo que técnicamente no sea tan bueno. Hay que lograr un equilibrio y buscar fórmulas para que la gente joven se enganche al remo.