Portugalete - La temporada llena de nubarrones de Urdaibai encontró un rayo de luz a última hora. Un resplandor de alegría que apareció en plena conclusión de el curso, en la oportunidad final. Los sinsabores vividos y los numerosos desengaños encontraron ayer en Portugalete un pequeño consuelo. Ese pequeño momento aislado que devolvió a los bermeotarras una sensación común para ellos en su historia pero demasiado esquiva en las regatas recientes. La Bandera de El Corte Inglés viajó para la localidad vizcaina y evitó que el club txo acabara el año sin conocer el triunfo en la ACT. Algo que no había ocurrido desde 2009. Urdaibai asaltó así la fiesta de Orio, hizo que el día reservado para la celebración de los aguiluchos, campeones de la Corona desde el sábado, se viviera a ritmo de las paladas de la Bou Bizkaia. La cuadrilla preparada por Aitor Altzibar venció con una remada solida en la segunda tanda y luego las condiciones climatológicas le dieron el impulso necesario para acabar en el primer lugar total.

Estar fuera de la tanda de honor penalizó a Urdaibai en este curso. No acertó en el inicio de la temporada y entró en un bucle de malos resultados que le impidieron pelear por las banderas y a la postre por la Eusko Label Liga. La suerte tampoco apareció como salvadora. En esta temporada en la que los tiempos de la segunda tanda amenazaban con dar más de una sorpresa debido a los habituales cambios de condiciones, la jerarquía de los mejores botes aplastó como un rodillo a todos los aspirantes. Pocas veces fueron beneficiadas las embarcaciones de las tandas anteriores y derrotar a los cuatro primeros de la clasificación fue una tarea himalayesca. Esa costumbre cambió en la última oportunidad del año. Lo nunca visto este curso ocurrió y el viento ayudó considerablemente a los primeros en salir. Las ráfagas aumentaron en unos diez kilómetros por hora entre las dos mangas y Urdaibai pasó de ser una posible revelación al candidato más serio a la bandera.

Las condiciones favorecieron pero también hubo que hacerlas buenas. La Bou Bizkaia dejó destellos de esa trainera que dominó en las últimas temporadas. Fue una embarcación con una remada muy económica que terminó por desgastar a Ondarroa, también en la primera nada y finalmente el que más cerca se quedó de arrebatarle la bandera. Los bermeotarras fueron de menos a más, aguantaron bien en los primeros largos y en la segunda parte de la regata tiraron de potencia para dar el golpe definitivo y dejar a la Antiguako Ama por detrás, conformándose con el segundo puesto. La victoria de Urdaibai estuvo basada en la potencia y en una buena elección de los rumbos. Eneko Bilbao llevó a la trainera por los caminos más rápidos y lo hizo sin entrar en batallas innecesarias con otras tripulaciones.

La lucha de Ondarroa La ría es uno de los campos de regatas más estudiados por las tripulaciones. Su peculiares condiciones y la estrechez del escenario hacen que las embarcaciones busquen siempre apurar sus calles y los caminos más rápidos rara vez son los más cortos. Ayer, el escenario de Portugalete apareció con poco calado de agua y con una calle cuatro donde fue un martirio remar. Lo demostró Cabo en la primera tanda y lo confirmó Santurtzi en la segunda. La pérdida de tiempos de los gallegos fue enorme y en meta se dejaron más de un minuto con respecto a Urdaibai. En esa misma tanda también remó Donostiarra, que tampoco tuvo su día y quedó pronto fuera de toda lucha. El que sí que le salió respondón a Urdaibai fue Ondarroa. La Antiguako Ama vive un momento dulce en el desenlace del curso y ayer plantó batalla a los bermeotarras en los dos primeros largos, conviviendo incluso con la proa de la regata.

Las dos embarcaciones salieron a la par de la segunda ciaboga, pero ayer Urdaibai tuvo la capacidad de meter un cambio de ritmo más. Los bermeotarras navegaron cerca de un ritmo de récord y los ondarrutarras tuvieron que rendirse a la evidencia. La Bou Bizkaia mantuvo siempre su velocidad pegándose a la calle dos en los largos de ida y buscando la cero en los de vuelta. Sin importar hacer metros de más. Eso le permitió lograr una cómoda ventaja y Ondarroa, consciente de ello, optó por minimizar perdidas. La Antiguako Ama se colocó a la estela de la embarcación preparada por Aitor Altzibar y consiguió cruzar seis segundos por detrás. Mientras, los bermeotarras saborearon su buen tiempo pero lo hicieron con la duda que les creó los muchos palos recibidos con anterioridad.

El tiempo de Urdaibai era una referencia importante antes de empezar la tanda de honor y ganó fuerza cuando las ráfagas de viento empezaron a crecer. Zierbena salió peleón y fue el primero en coger la proa de la regata, pero la referencia no estaba en el campo de regatas, si no esperando fuera de él y en el primer largo los bermeotarras aventajaron en quince segundos a los galipos. A la hora de volver, Zierbena consiguió remontar hasta los seis segundos, pero otra vez el viento golpeó de cara y las traineras quedaron paradas. Los gallos fueron incapaces de igualar el ritmo de Urdaibai y con un solo largo por jugarse la afición bermeotarra empezó a soñar con el triunfo al ver los casi treinta segundos de renta.

Hondarribia también quiso su cota de protagonismo y logró pegarse a Zierbena. Las dos traineras se acercaron considerablemente y cerca estuvieron de chocar palas. Esa maniobra descolocó a los galipos y dio alas a la Ama Guadalupekoa. Los hondarribitarras rompieron la tanda en el largo final y cruzaron la meta en primer lugar. La costumbre hizo levantar los brazos a algún remero, pero la fiesta ya había comenzado hacía tiempo en las tostas de la Bou Bizkaia.