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De héroes a verdugos de la ‘Bou Bizkaia’

Gorka Aranberri, ganador junto a Salsamendi de las tres últimas banderas con Urdaibai, fue el protagonista

De héroes a verdugos de la ‘Bou Bizkaia’Reportaje fotográfico: Iker Azurmendi, Esti Veintemillas y Pablo Viñas.

Donostia - Sus rostros reflejaban felicidad y mucha emoción. Sabían que habían logrado una de esas remontadas, que habían ganado una de esas regatas de las que, pasados los años, se recuerdan como si hubieran sido el día anterior. Gorka Aranberri y Jon Salsamendi, patrón y entrenador de Orio, han devuelto a los aguiluchos a lo más alto, han hecho que esta localidad que vive el remo como pocas vuelva a ganar la Bandera de La Concha una década después. “Hoy era un día difícil, nos hemos acoplado bastante bien. El equipo ha hecho un trabajo increíble y nos ha servido para llevarnos la bandera a casa. Una de las claves ha sido no embarcar agua para poder coger ese par de olas buenas”, señaló Aranberri, quien, junto a Salsamendi, se ha impuesto en las cuatro últimas olimpiadas del remo, tres con Urdaibai y la de ayer con Orio.

Aranberri fue el gran protagonista en la rampa. Allí esperaba a los aguiluchos una auténtica marea amarilla que aún trataba de asimilar lo vivido en ese minuto en el que Orio aprovechó al máximo las condiciones del mar y agarró el mástil de la bandera para llevársela a casa. La hinchada oriotarra rindió pleitesía a su patrón, lo cogió en volandas y lo llevó de un extremo al otro de la rampa. Aranberri estaba feliz y emocionado, tanto que no pudo reprimir las lágrimas al ver a sus seres queridos. “La familia es la que sufre, la que aguanta que entrenemos diez meses al año para esto. Se lo merecen todo”, indicó el patrón de Orio, que también puso en relieve la labor de su cuadrilla y el apoyo de su afición: “Orio se merece esto y mucho más. La gente, los remeros... Estos chicos han estado muchos años trabajando para conseguir esto y ganar La Concha es el sueño de cualquier oriotarra”.

Y es que de la cuadrilla que conquistó la bahía donostiarra, tan solo tres remeros y el propio Aranberri sabían lo que era vencer en la cita más importante del remo. También lo sabe muy bien Jon Salsamendi, entrenador oriotarra que suma su cuarta Concha consecutiva tras las tres logradas con Urdaibai: “Ha salido todo bien, ha sido de película, una victoria épica y que se recordará por mucho tiempo. Las condiciones del mar han estado peor de lo que esperaba y, de hecho, he dudado en algún momento que se remara”. Vista la situación, los aguiluchos se centraron en tratar de hacer su trabajo, sin reparar en lo que hacía la Bou Bizkaia. “No nos hemos fijado para nada en Urdaibai, ha sido como si nos hubiésemos puesto una venda en los ojos. Hemos remado con la mar, sabíamos que la opción de ganar nos la daría la mar y teníamos que aprovecharla. Hemos provocado también esa oportunidad. La clave era llegar a la vuelta con buena remada y con la trainera limpia, sin agua dentro porque sabemos que somos una trainera que navega bien y que tendríamos nuestras opciones”, explicó Salsamendi.

Recuerdo de su padre Para el entrenador oriotarra, la de ayer fue una victoria especial no por el modo de lograrla, sino también porque tenía una especial carga sentimental. “Todas las banderas de La Concha son especiales. Se viven de forma diferente todas y cada una de ellas, pero lo que realmente hace de esta algo totalmente distinta es que La Concha de este año la hago en el nombre de mi padre, que falleció en febrero. Él es el causante de que yo esté aquí haciendo las cosas como las estoy haciendo”, concluyó Salsamendi, quien disfrutó el triunfo en su nombre y en el de su padre.