EL remo es un deporte de tradición. En verano los pueblos de la Cornisa del Cantábrico se engalanan con los colores de su trainera para apoyarla en cada una de las regatas. El remo es costumbre en las localidades costeras y también va en la sangre. Su amor se transmite de padres a hijos y la tradición perdura generación tras generación. Ese amor lo mamaron desde muy pequeños los hermanos Bilbao. Unai (Bermeo, 1991) y Eneko (Bermeo, 1995) montaron en una embarcación hace tiempo, pero este curso por fin han dado el salto definitivo al bote más deseado, a la trainera soñada por los bermeotarras, la Bou Bizkaia. El pequeño de patrón, el mayor como remero. Los dos disfrutan del gran año de Urdaibai y trabajan para ganarse el puesto en unas tostas llenas de quilates. Su oportunidad ha llegado y ahora solo queda mirar al futuro para cumplir los siguientes sueños.

Los dos Bilbao siempre han estado cerca del club, aunque Eneko fue un poco por delante de su hermano mayor. Llegó antes al club, en plena adolescencia, y a pesar de que este es su primer año con continuidad en el primer equipo, su debut es ya lejano. Sucedió hace cinco temporadas en la Bandera del Corte Inglés en Portugalete. Eneko, con solo 16 años, se hizo cargo del timón. Fue el estreno esperado, pero no el deseado. “No salió la regata como me gustaría. Fuimos a la primera ciaboga, el remo del proel se quedó atascado y ahí perdimos más de veinte segundos, se fue todo al traste”, recuerda el patrón bermeotarra. Pero eso es cosa del pasado. Más maduro y con muchas más horas de trainera, su turno ha llegado y ahora alterna puesto en la Eusko Label Liga con Vicente Carpintero, remando ambos el mismo número de citas ligueras. “Se nota la presión, pero hay que saber convivir con eso. Los compañeros me ayudan un montón, me aconsejan y si falló algo, siempre me lo dicen a buenas maneras. Eso se agradece muchísimo”, comenta.

Unai, por su parte, llegó a Urdaibai en el primer año de juvenil y, tras varios cursos en la ARC-2, en la trainera vinculada de Bermeo-Mundaka, esta temporada ha dado el salto definitivo y en la primera regata del año partió como titular. “Debutar es muy especial. Al principio tenía mis dudas, verme en un equipo de tanto nivel y el salto es grande de la ARC-2 a la ACT. Pero en la primera regata, debutar y ganar, me puso la confianza por las nubes”, cuenta Unai. El mayor de los Bilbao está siendo un talismán para la Bou Bizkaia. Presente en las tres banderas conquistadas. Un sabor de la victoria que todavía Eneko no ha podido disfrutar. “Eneko se impone la presión él mismo, como pasa con todo el equipo. Este es un equipo ganador. Aquí si ves que los otros ganan y tú montas y no ganas, empiezas a crearte dudas y falta de seguridad. Puede que Eneko tenga un punto de ansiedad y por eso tengo muchísimas ganas de que por fin levante una bandera”, declara Unai en referencia al pequeño de los Bilbao.

Parte de la culpa de estos debuts la tiene Joseba Fernández. El entrenador pasaitarra no duda a la hora de apostar por los canteranos y en Urdaibai mantiene esa línea de trabajo. “Remar en la Bou Bizkaia es lo que sueñas desde que empiezas en el club. Ahora con el tema de los canteranos, como más de medio equipo se fue y vino un entrenador que siempre ha apostado por la cantera, vimos un poco de esperanza para entrar en el equipo y nos agarramos a eso”, cuenta Unai. En el caso de Eneko, su aportación en el primer equipo era mayor aunque “solo iba a las regatas por si a un canterano le pasaba algo y tenía que entrar yo”. Este año es diferente. El papel del bermeotarra es mayor y compite con Carpintero por ganarse el puesto en el timón de la trainera. Competencia deportiva y una buena relación a la hora de trabajar: “Estamos uno encima del otro, nos ayudamos y nos empujamos entre nosotros. Estoy muy contento con Vicente”.

juntos también en el trabajo Los dos hermanos “estamos juntos hasta en la sopa, porque también trabajamos de lo mismo”, pero todavía no han podido coincidir en la misma trainera dentro de una regata de la ACT. Aun así, el día que coincidan a Unai no se le hará extraño tener a su hermano dando ordenes desde la popa. “Será muy natural, porque llevamos juntos desde que empecé. Hemos hecho muchos años juntos en el segundo bote. Cuando se monta en la trainera no hay hermanos, él es el jefe y ya está”, afirma Unai. Opinión compartida por Eneko, que tampoco ve difícil dar gritos a su hermano: “No se hace raro, al final es un remero más”.

Pero el remo no es solo cosa de hermanos. Toda la familia está involucrada. Las regatas son momentos de alegría, pero también de tensión aunque como le reconoce Eneko a Unai, “en las regatas creo que lo pasan peor cuando salgo yo que cuando sales tú”. La presión del patrón, los focos apuntando. Sin embargo, sus padres no se limitan a observar. El remo es más que una afición para ellos. “Nuestros padres llevan el blog de Bermeo Arraun Argazkiak. Mi madre está subiendo las fotos, mi padre grabando, uno remero, el otro patrón? solo falta el perro”, concluye Unai.