BILBAO. Al pie del Puente Colgante de Portugalete a Lur Uribarren se le derrumbó el mundo en un segundo. Sentado en la puerta de una furgoneta propiedad de Urdaibai, el patrón lloraba a solas desconsolado. Acababa de vivir su experiencia más amarga en la popa de una trainera. Tras realizar la segunda ciaboga de la Bandera Ambilamp, los remos de la Bou Bizkaia colisionaron con los de la embarcación de Astillero, que llegaba a la baliza. Los jueces no tuvieron piedad con Urdaibai, aplicaron el reglamento y descalificaron al equipo bermeotarra. "Estuve muy mal", recuerda ahora Lur Uribarren, "aquel día me cambió toda la temporada. Me hundí entero, lo vi todo muy oscuro y no pude reaccionar hasta que terminó la temporada".
Urdaibai estaba en plena batalla con Kaiku por conseguir la Liga y volverse a Bermeo sin un solo punto enterraba todas sus aspiraciones. "Sentía mucha impotencia. Sabíamos que en esa regata nos jugábamos mucho. Nos tocó Kaiku en la calle de al lado y sabíamos que si les aguantábamos hasta la segunda ciaboga, la regata podría ser nuestra. De hecho, la cosa iba bien hasta que en la segunda maniobra, al salir, no tuvimos margen con Astillero y pegamos palas. Al romper nos descalificaron, así lo decía el reglamento y cumplieron con las normas. Cuando nos pararon y nos dijeron que estábamos descalificados, aquello se convirtió en un agujero negro. Nos quedamos parados en la mitad de la regata, no nos dejaban ni marcar tiempo. Todo el equipo estaba hundidísimo después de haber hecho todo el trabajo en invierno, preparando la Liga y que se nos vaya de esa manera... Quedamos muy doloridos", explica el hoy patrón de Portugalete.
La ría de Bilbao se presenta siempre como un campo de regatas caprichoso. Las diferencias entre calles dificultan la pelea y, para colmo, las propias calles son más estrechas de lo habitual, lo que da pie a incidentes como el de la temporada pasada. Lur tiene claro que "en este campo se pueden ganar o perder los puntos muy fácil. Para mí siempre será un campo de regatas trampa y negro". De todos modos, tiene el consuelo de haberse quitado la espina en la última regata de la temporada en el mismo campo de regatas: "Hicimos un pedazo de regatón. Kaiku fue por la otra orilla, aprovechó mucho su calle. Nosotros fuimos por toda la corriente y creo que el equipo peleó hasta el último momento. También nos salieron buenas ciabogas y peleamos a tope. Nos ganaron por muy pocos segundos. Creo que ahí me quité la espinita. Después de aquella regata, cada bandera que agarraba no me salía la sonrisa. No era una bandera para ganar la Liga".
media regata en una bola La Jarrillera tiene hoy (18.00 horas, ETB) la oportunidad de enderezar su discreto inicio de Liga, precisamente, ante su público. Uribarren confiesa que no sienten presión por la clasificación tras dos regatas disputadas: "Nos pone más nervioso el sorteo de calles que la presión porque la regata sea en casa. Al final, media regata se lleva el directivo cuando saca la bola". Portugalete es penúltimo, solo por delante de Zierbena, después de un inicio más discreto de lo esperado. El patrón, que debutó el sábado pasado en el equipo, hace una lectura algo positiva: "Esperábamos andar un poquito más. Lo que está claro es que el sábado, siendo una regata que no fue tan buena, hemos quedado a dos segundos del noveno puesto. El domingo tuvimos que salir en la primera tanda y ha sido todo un poquito en cadena. Pero estamos tranquilos porque sabemos que entre semana hemos entrenado con otras sensaciones en el bote y sabemos que vamos a ir para arriba. Sabes que se te han ido puntos por detalles pequeñitos y está claro que llevarte un golpe así, no llevarte tres puntos más por dos segundos, pues te da rabia. Hace que aprietes más desde el principio porque si no se nos puede ir la temporada".
Lur Uribarren ha pasado de estar en la popa de una embarcación ganadora a una que pelea por objetivos más humildes. "Me veo muy tranquilo y motivado", explica, "creo que es otro mundo. En Bermeo hemos estado luchando por todo, siempre primeros, y este es un equipo que acaba de subir y que tiene mucho que aprender en la ACT todavía". ¿Pero por qué ese cambio? Lo cierto es que Lur no ha dejado Urdaibai para ir a Portugalete. Lur dejó Urdaibai para descansar y recomponerse y no ha sido hasta hace pocas semanas cuando le ha seducido el proyecto jarrillero. "El año pasado tuve una temporada muy dura personalmente y me hacía falta desconectar un poquito y descansar. Hemos tenido dos años con mucha tensión y con mucha presión. Terminé la temporada con la cabeza bastante oscura y decidí descansar un añito", detalla el patrón de Elantxobe.
Juan Mari Etxabe, el nuevo entrenador de Urdaibai, ha tratado por todos los medios retenerle en el club bermeotarra, pero no consiguió convencerle: "Juan Mari ha estado hasta última hora intentando que volviese. He estado hablando con él, comentándole todo lo que hacía. Ha estado encima mío hasta última hora. Quería que me quedase, por el tema de los remeros propios. Pero yo le he explicado mis motivos y él lo ha entendido".
Durante el invierno, Uribarren no ha podido mantenerse al margen del deporte: "Con los amigos sí he estado andando en bici por el monte, haciendo marchas de montaña... También me llamaron los del pueblo, de Elantxobe, para ver si les echaba una mano y estuve entrenando con ellos". Pero no sería hasta tener casi la temporada empezada cuando surgió la posibilidad de fichar por Portugalete: "Luego tuve la llamada de Josean Olaskoaga y me explicó cuál era la situación de Portugalete. Ellos contaban con dos patrones. Joseba está entre semana estudiando fuera y Xabi tiene un problema en las rodillas. Quedamos para hablar y me dejaron claro que su proyecto era con esos dos patrones, pero que tenían un problema, la lesión de Xabi. A mí me chocaba entrar en un equipo en esas fechas, pero me vino Xabi a explicarme todo. El otro patrón me dijo que le hacía un favor muy grande si me quedaba y yo me tranquilicé. Cambié la decisión y, como hemos quedado todos contentos, he decidido quedarme".
Pero enfundarse el maillot amarillo de Portugalete no es nada nuevo para Lur, quien ya estuvo en el club en 2007: "Me he adaptado bastante bien, más que nada porque conocía gente que había estado conmigo en Urdaibai y también de cuando estuve en Portugalete hace cinco años. Pero todavía me queda acoplarme bien, sentirme cómodo en las regatas".
cambio de método Lur ha pasado de las manos de José Manuel Francisco a las del oriotarra Josean Olaskoaga. Son dos perfiles de entrenadores bien diferentes que, sin duda, le exigirán diferentes cosas en la popa: "José es un tío que sabe mucho, muchísimo de remo. Josean también, pero son muy distintos. José es un tío que está todo el día encima. Sabe exprimir un remero hasta el 150%. Josean es más tranquilo, es un tío que va dentro del bote, lo siente y sabe colocar las medidas sintiéndolas. Es más tranquilo y trabaja distinto".
Pero hay algo que no cambia: la sensación de gobernar una trainera sobre la superficie del agua. Es casi como una adicción para Lur, algo que le devuelve la sonrisa: "Llevar un equipo de estrellas es la leche. Ellos saben lo que hay que hacer en cada momento. Coger una ola con ellos, ciabogar rápido... es un lujo. Cuando les hablas y reaccionan es como un coche. Tú aceleras y el motor reacciona. Disfrutas conduciendo. Patroneando es igual".
Tras un año oscuro, Lur ha recuperado la sonrisa. Ahora busca reconducir el rumbo de la Jarrillera y consolidarla en la ACT. En lo personal, sabe perfectamente qué quiere conseguir: "Está claro qué es lo que me falta. He estado al borde y no lo he conseguido. Tengo la espina de La Concha. No sé si algún día me llegará, pero me gustaría ganar alguna Concha".