Aimar Olaizola y Mikel Urrutikoetxea no pudieron repetir la historia cuatro años después. Esta vez la txapela fue para Joseba Ezkurdia y Julen Martija. Los de Aspe dominaron, pero tuvieron que trabajar mucho para llegar a 22. La exigencia del choque hizo mella en las manos del zaratamoztarra, que no podrá estar en el Cuatro y Medio.

¿Qué sensaciones tiene tras perder la final del pasado martes?

—Con cierta pena, como es normal. Llegar a la final cuesta mucho y hay mucho esfuerzo por detrás. Tuvimos que ganar partidos muy complicados y nos presentamos en esa final. Trabajamos, pero no conseguimos la victoria. Si me pongo a pensar en frío, a las finales llegan cuatro o dos pelotaris y no es nada fácil. El simple hecho de estar es algo grande, aunque luego siempre se quiere ganar la txapela.

Fue una final en la que Ezkurdia y Martija dominaron.

—El tanteador reflejó un 22-13, pero fue un partido duro, de 900 pelotazos. Para conseguir la victoria ellos tuvieron que trabajar y hacer las cosas bien. Tanto Joseba como Julen hicieron un grandísimo partido, muy completo y tanto en ataque como en defensa, anduvieron muy muy bien. Fueron mejores que nosotros en la final, por eso consiguieron la txapela, e hicieron un partido perfecto. Tengo que felicitarles por la txapela.

Pese a su buen partido, la pareja de Aspe necesitó casi una hora y media para ganarles.

—Sabíamos que iba a ser un partido complicado y que tendríamos que sufrir cada tanto. Con esa intención íbamos. En momentos puntuales, nos faltó el acierto que tuvimos en otros partidos. En ciertos momentos a mí me costó quitar pelota y Aimar no remató porque no tuvo tantas opciones o Julen no le dio tantas opciones como ha tenido otras veces. Pero seguimos trabajando hasta el último tanto, porque en las finales no se sabe qué puede pasar y hay que aprovechar hasta el último tanto, hacer todo lo que esté en nuestras manos y eso hicimos. El partido se endureció y tuvieron que sufrir para ganar.

¿Qué faltó para estar más cerca de la txapela?

—Es difícil saber cuando los rivales hacen un partido tan completo. Tanto en defensa como en ataque anduvieron muy finos y para hacer lo que queríamos hacer, el rival te tiene que dejar. Muchas veces no es fácil. Fueron mejores y por eso ganaron, no hay que darle más vueltas.

Aunque esta derrota no borra el gran campeonato realizado.

—La primera vuelta, aunque ya está un poco lejos, es verdad que estábamos en una situación muy delicada. Estábamos en lo bajo de la tabla y teníamos que hacer las cosas muy bien en la segunda vuelta si queríamos tener opciones. En los partidos importantes dimos lo nuestro y nos presentamos en las semifinales. Luego, ganando los dos primeros, nos pudimos presentar en la final y estar ahí era algo grande para nosotros. Luego sí que es cierto que, como cualquier pelotari, queríamos conseguir esa txapela. No pudo ser y hay que seguir adelante.

¿Cómo valoraría su actuación como pareja?

—En la primera vuelta no dimos lo nuestro, sobre todo yo. Me costó adaptarme a la posición de zaguero. Venía de una lesión larga y de repente encontrarme en una posición que no era la mía me costó bastante. Luego, en la segunda vuelta, creo que tanto Aimar como yo nos fuimos encontrando mejor, como pareja también y ahí vinieron los resultados.

Terminó la final con las manos tocadas, ¿qué tal se encuentra?

—Las manos no las tengo nada bien. Terminé con las manos bastante justas y al levantarme hoy (por ayer) las tenía bastante inflamadas. Es lo que me esperaba. En los últimos tantos ya las noté bastante mal. Quise seguir sufriendo hasta el último tanto y no dar ninguna pelota por perdida. En las finales hay que darlo todo, sin tener en cuenta que de ahí a cuatro días tenía otro partido importante. Ahora que ha pasado, tengo las manos justas y no podré jugar el sábado.

¿Cuándo se dio cuenta de que esa exigencia le iba a complicar su participación en el Cuatro y Medio?

—En el momento de la final y una vez acabó, con toda la tensión, no pensaba en el partido del sábado. Durante el encuentro, solo pensaba en sufrir para intentar sacar los tantos adelante y reducir esa ventaja que tenían. Hay que seguir trabajando, curar bien las manos y pensar en las siguientes competiciones que vienen.

¿Qué supone perderse la 'jaula'?

—En el poco tiempo que se están jugando los campeonatos más importantes, ya sabía que solo iba a tener cuatro días para recuperarme físicamente si acababa justo de manos. Es muy poco tiempo y es una pena no jugar un campeonato así porque al final siempre queremos jugar este tipo de campeonatos. Ya dije que si no estaba en un mínimo de condiciones, no iba a salir. Primero por mí, porque no quiero dar mala imagen y sufrir en la cancha. Al fin y al cabo al frontón se sale a disfrutar. Luego, por respeto a todo el mundo que quiera ver el partido, porque me imagino que querrán ver un buen encuentro.

Donde sí que estará es en el Parejas. Ya declaró que le hace ilusión jugar de delantero.

—Ahora toca recuperarme y a primeros de enero empieza el Parejas. La verdad es que va todo muy seguido. Tengo especial ilusión de jugar en mi posición. Es un reto que tengo conmigo mismo. Tengo las tres txapelas, pero la del Parejas la tengo como zaguero y me gustaría ganar algún día como delantero, aunque soy consciente de que está muy complicado. Así se daría una cosa que no ha conseguido nadie en la historia y es un reto que tengo.

"Terminé con las manos bastante justas; quise seguir sufriendo y no dar ninguna pelota por perdida"

"Fueron mejores que nosotros, tanto Joseba como Julen hicieron un grandísimo partido"

"A las finales solo llegan cuatro o dos pelotaris y el simple hecho de estar es algo grande"