"Estamos muy contentos", recita Mikel Egiguren, gerente de Jai Alive, una de las dos empresas que componen la UTE que gestiona el Jai Alai World Tour junto con Gernika Jai Alai. En el horizonte se despliega el Grand Slam de Hondarribia, cuyo pistoletazo de salida se dará el próximo viernes 18 de septiembre, a partir de las 20.00 horas. La cita del Jostaldi es una de las más importantes del Circuito veraniego de Euskadi, pero la crisis sanitaria del covid-19 ha trastocado los planes de los responsables. Así que el torneo pasa a disputarse los viernes de septiembre y octubre. La final está prevista para 16 de del próximo mes, que será televisada por ETB, al igual que cuatro de las funciones. "Han sido unos meses de mucho trabajo ante un nuevo escenario en medio de una crisis, aunque las crisis pueden ser nuevas oportunidades. En nuestro caso, siempre hemos diseñado los torneos más enfocados hacia el verano, pero este año es lo que nos toca", admite el empresario donostiarra, quien agradece el compromiso de la escuela de pelota de Hondarribia y el ayuntamiento de la localidad costera. "No me olvido de los restaurantes que nos apoyan cada año y que este año no pueden hacerlo, aunque estarán en 2021: Arroka Berri, Laia, Alameda, Enbata, Txantxangorri, Batzoki o Bodegas Mitarte", afirma.

El Grand Slam de Hondarribia se celebrará con el formato tradicional: seis parejas divididas en dos grupos, que se medirán en una liguilla. Las dos mejores de cada rama se cruzarán en las semifinales. "Una de las novedades va ser la participación de Eric Irastorza, quien después de una operación de cadera ha regresado muy fuerte y con muchas ganas de jugar. Puede ser una de las últimas oportunidades de ver a este fenómeno", certifica Egiguren, quien confirma que también serán de la partida Iñaki Osa Goikoetxea, Imanol López o Diego Beaskoetxea. "Quiero recalcar el esfuerzo de los pelotaris que han entendido la situación que estamos viviendo", especifica el donostiarra, quien revela que han ofrecido condiciones económicas "igualitarias" basadas en "premios".

De este modo, el Jostaldi contará con un protocolo específico para el gran torneo puntista de la temporada. "El aforo se reducirá al 60%; es decir, 307 entradas -habrá una rebaja de 12 a 5 euros en el precio con respecto al curso pasado-. La mascarilla será obligatoria e implementaremos una novedad: se alternarán los asientos en los que se puedan sentar los espectadores, cerrando definitivamente los que no se puedan utilizar. Toda medida es poca", admite el responsable de Jai Alive. En este sentido, asimismo, tomarán la temperatura a todos los asistentes y sus datos (nombre y número de teléfono).

Al trasladar la temporada veraniega, no obstante, el campeonato guipuzcoano no contará con la presencia de los turistas de temporada. "No sabemos qué tipo de público acudirá. Pensamos que será más local y aficionado a la pelota. El turismo de verano no lo tendremos, pero con la calidad del torneo seguro acudirá gente", augura Egiguren.

LA REALIDAD DE LA CESTA

"Sin la nueva realidad, la situación de la cesta ya era complicada en Euskadi. Imagínese ahora con esta coyuntura sanitaria y de crisis económica", sostiene, por otro lado, el empresario guipuzcoano, quien recita que "la temporada de verano se estaba animando y cada año estábamos viendo a más gente acudir al frontón. Lo cierto es que íbamos subiendo escalones, llenando plazas importantes como Gernika , Hondarribia o Lekeitio". Sin embargo, Egiguren se considera un "adicto a la realidad". "La realidad nunca ha perdido ningún partido contra nadie; por eso, no entiendo esa costumbre que existe en la cesta de querer ganar a la realidad .Yo soy el primero al que le encantaría estar todo el día hablando de megaproyectos, pero la realidad es que estamos en una situación muy delicada ahora mismo", desgrana el donostiarra, quien declara que "quizás somos la modalidad más débil dentro de la pelota profesional en este momento. Gracias a que hemos ganado la licitación del Jai Alai World Tour y la apuesta de consistorios como el de Hondarribia, podemos disponer de más apoyos para organizar torneos y contar con una estructuración dentro de la especialidad". "El pelotari de cesta punta ya sabe que no puede vivir de esto y que tiene que combinarlo con su trabajo diario. El que quiera vivir de esto lo va pasar mal", finaliza Egiguren.