La pandemia del coronavirus covid-19 es un tsunami que ha sepultado absolutamente todo. La crisis sanitaria, declarada como tal a mediados de marzo, arrasó con toda la actividad deportiva y colocó una cortina de desmemoria en lo sucedido hasta ese momento. Amnesia colectiva. Sin embargo, siempre llega el momento de recuperar los recuerdos. Así, el Labrit de Iruñea acoge el sábado la final del Campeonato de Parejas de Promoción, aislada por el paso del tiempo, ya que estaba prevista para el 28 de marzo. De hecho, Asier Agirre e Iosu Eskiroz se clasificaron por la vía rápida en unas semifinales que han dominado de cabo a rabo y estaban ya en la pelea por la txapela una semana antes de que el virus desatara el estado de alarma y pusiera el punto final a una normalidad ya olvidada. “Estábamos en el mejor momento”, relata el zaguero de Makirriain. Con todo, no supieron con qué rivales se iban a jugar el pellejo hasta el pasado viernes. Jon Ander Peña y Jon Erasun, que sustituye de manera definitiva a un Aitor Aranguren instalado en el elitista Masters CaixaBank, lograron el billete cuando en la retina apenas quedaban rescoldos de aquel torneo disputado hace más de cuatro meses; es decir, en el deporte profesional, que va a toda velocidad, en la prehistoria.

Los cuatro manistas se citaron ayer en La Bombonerapara protagonizar una imagen invernal en el epílogo de julio. Una fotografía de cestaño y material cuando el cuerpo pide salsa estival, esa que se viste de fiesta y se agarra al cuentakilómetros. En lo referente a la elección de pelotas, la primera tras el parón por el covid-19, los navarros se decantaron por unas de 104, 104,2 y 105,2 gramos, mientras que los guipuzcoanos optaron por otras de 104,6, 104,7 y 105,3.

Así las cosas, Jon Ander Peña valora que tendrán “una final muy difícil”. “Después de la situación que hemos vivido y que dejamos aparcado hace cuatro meses el Campeonato de Parejas, por fin pudimos retomarlo la semana pasada en Medrano y tanto Erasun como yo hicimos un buen partido”, sostiene el delantero tolosarra, cuyos galones en Segunda son extensos y alterna buenas actuaciones en la élite. Será su quinta final desde que debutó en 2016 y tiene un cetro, el del Cuatro y Medio de la pasada campaña. “Espero un partido largo y duro. A ver si conseguimos entrar desde el principio al partido y a ver si logramos la txapela”, afirma el puntillero guipuzcoano.

En la misma onda se encuentra Erasun, que no entró en el torneo como titular y realizó un total de ocho suplencias hasta adoptar el hueco de Aranguren. Fue campeón en 2017 con Arteaga II y finalista del Manomanista de plata en 2018. “Estoy con muchas ganas. Me estoy sintiendo muy a gusto en los entrenamientos de la semana”, cuenta el de Zizurkil, que reseña que “los rivales tienen un nivel alto, pero si hacemos nuestro trabajo, tendremos opciones de llevarnos la txapela. Es un partido bonito y que hace mucha ilusión, porque finales no se juegan todos los días. Es algo bonito”.

Desde el bando navarro, Agirre, con cinco finales en su carrera profesional desde su estreno en 2015, es el más experimentado. El de Arrotxapea tiene dos cetros, en el Parejas de 2018 con Iturriaga y en la jaula de 2017. “Tenemos una final muy complicada. Ellos están muy bien de juego. Peña II está demostrando que raya a nivel muy alto, mientras que Erasun es un zaguero que da muchas garantías. Nosotros trataremos de salir a pelear”, desmenuza el puntillero. Eskiroz, por su parte, acude a su primera final “ilusionado”. “Peña II-Erasun ya ha enseñado que son una gran pareja”, finaliza el de Makirriain.