La pasada semana realizaron una sesión en Dima y ayer concretaron otra en Galdakao. "Cambia todo", define el zaguero, quien llevaba desde el 3 de mayo entrenándose en solitario en el frontón Kurtzea de su municipio. "Cuando trabajas de forma individual te limitas y eso se nota mucho, sobre todo, en la velocidad. Al fin y al cabo, llevamos dos meses y medio sin pisar una cancha. Tenemos que ir endureciendo las manos. Lo más importante ahora mismo es tomar contacto", certifica el vizcaino, quien afirma que "se nota el golpe en las manos, pero, actualmente, no tengo molestias ni dolor".

Así las cosas, la vuelta a los entrenamientos conjuntos parece alumbrar la luz al final del túnel de los deportistas. Larunbe recuerda que los primeros días de confinamiento se acostumbró rápido, pero con el paso del tiempo "cuesta cada vez más encontrar la motivación". Con todo, el galdakoztarra mantuvo el nivel de exigencia diaria: dos horas de trabajo físico con el material del que disponía bajo la doctrina de su preparador. "Cuando pudimos salir a correr a la calle y al frontón, la situación mejoró", desvela el vizcaino, quien compaginó el encierro con "vídeo llamadas con los amigos y familiares, algo de televisión y lectura". El parón no le afectó al peso corporal, ya que mantuvo el tono sin variar la alimentación.

Si bien el futuro de la pelota a mano profesional no está esclarecido por parte de las empresas, todo apunta a que el descorche de la campaña postcoronavirus covid-19 se podría fijar en menos de un mes. De hecho, Irun y Aspe negocian un festival el 1 de julio. A este respecto, sobre el futuro cercano, Larunbe es partidario de "empezar, aunque sea sin todo el aforo". "Llevamos mucho tiempo parados y, sin duda, es mejor jugar sin público a esperar que los frontones se puedan llenar del todo. Además, si tenemos en cuenta la capacidad de algunos frontones, como el Bizkaia, el Atano III, el Navarra Arena o el Ogueta, el 50% supone bastantes espectadores", reseña el guardaespaldas de Baiko Pilota, quien añade que "la gente está deseando ver pelota en directo y si no le damos visibilidad, puede perjudicarnos. El tiempo corre". "En nuestro caso no se puede teletrabajar y estamos ligados a la competición; por lo que, si los deportistas están parados, no pueden ponerse en un poco tiempo al cien por cien", argumenta Mikel.

Los pelotaris de ambas empresas continúan sometidos a un ERTE, cuya fecha de caducidad es el 30 de junio, y Larunbe es consciente de que "era entendible, sobre todo, al principio". El zaguero vizcaino expresa que los manistas se encuentran también en una situación "complicada", dado que los gastos de material -tacos, pelotas o material deportivo, comprado específicamente para ejercitarse durante el confinamiento- son prácticamente fijos y ahora están "en el paro". "Además, debemos de tener en cuenta la situación personal de cada deportista. Los que hay que tienen familia o que están pagando el coche o la hipoteca", recita el zaguero de Galdakao. Los protagonistas del espectáculo, los componentes de la plantilla, entretanto, se están encontrando con un escenario de falta de información desde Baiko. "Han pasado tres meses y los pelotaris seguimos sin saber nada de cómo se va a afrontar el futuro. Hay veces que te tienes que enterar por los medios de comunicación. La empresa nos ha dado muy poca información y nos debería haber dado más desde el primer momento, porque nosotros somos parte importante de la empresa", finaliza el galdakoztarra.

Larunbe, en ERTE como el resto de pelotaris, cree que "es mejor jugar sin público a esperar que los frontones se puedan llenar del todo"