Barakaldo - “En un principio, tuve dudas sobre si jugar con la pelota goxua o con la pelota mixta o de medio toque, porque me apetecía probarla; sin embargo, debido a que no tuve demasiado tiempo para ensayar, me decidí por la primera opción”, reseña Patri Espinar. La actual campeona del Laboral Kutxa Emakume Master Cup dentro del Cuatro y Medio llegó con dudas y sin demasiado tiempo para preparar su presencia en el torneo. De hecho, como ella misma reseña, en las eliminatorias de cuartos de final y semifinales, pasó momentos de incertidumbre. Aun así, les dio la vuelta. “A veces sucede que cuando peor estás, vas al frontón y haces un partidazo. Había pasado algunos problemas de salud y no sabía cómo iba a responder”, determina la manista de Usansolo, que fue capaz de tumbar por la vía rápida a Eneritz Arrieta (18-5) y Olatz Arrizabalaga (18-7). “En el segundo duelo me sentí bien”, sostiene la vizcaina, que se encontrará en la final del Emakume Master Cup con Leire Etxaniz, campeona en 2017, el domingo en el frontón de Barakaldo (12.00 horas). Duelo en la cumbre con la txapela en el horizonte. “Es la pelotari más completa que hay. Es muy segura. Tendré varios planes en la cabeza”, remacha Espinar, delantera de Plaza Emakumeak.

Lo que está claro es que Etxaniz, componente del club Olarreta de Larrabetzu, planteará un partido duro. “Estoy jugando a endurecer los encuentros”, recita la pelotari de Etxebarria. Leire pasó un mal momento en cuartos ante Maite Ruiz de Larramendi (15-18), pero se recompuso en un partidazo ante Iera Agirre (18-2). El mal día ya ha pasado. “Tengo ganas de ganar esta txapela. Cuando uno está en la final, quiere más”, apostilla la zaguero.

Ambas manistas abren una función que cuenta con otra final que despliega el futuro de la pelota a mano femenina, ya que las jóvenes Mirian Arrillaga y Miren Larrarte serán las primeras aspirantes en la modalidad de pelota mixta. “Es el futuro de la pelota a mano femenina, pero las mujeres necesitamos nuestro tiempo de adaptación. Desde el principio ya dije que son necesarios tres o cuatro años”, analiza Espinar. Las dos protagonistas de la cita por la txapela, asimismo, consideran que es el siguiente escalón. “El sonido y la velocidad son diferentes. El juego es más vivo y vamos mejorando”, admite Larrarte. La bidaniarra de 17 años, que comparte muchos años de crecimiento en el club Su Berri con su rival, tiene claro que el principal problema será dar réplica al “fortísimo saque” de Arrillaga. “Nos conocemos muy bien y espero ganar la final del domingo”, finaliza la manista de Aginaga.