ARAMA - Iker Irribarria disputará el domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao su quinta final de Primera en el profesionalismo en poco más de cuatro años en Aspe. El delantero, del que se rumoreaba en algunos sectores un posible cambio a Baiko, cuestión que niega al no tener notificación alguna, quiere reverdecer los laureles de 2016.

El domingo disputará la final del Manomanista contra Mikel Urrutikoetxea en el frontón Bizkaia de Bilbao. Será la segunda que juega contra el de Zaratamo junto a la de 2016, que ganó usted. ¿Cómo ve el encuentro?

-Duro. Cualquier partido del mano a mano es duro. Contra Urrutikoetxea, aún más, y en una final, hágase a la idea: complicadísimo. Sí que me siento a gusto, con confianza, y tengo muchas ganas de disputar esa final.

A pesar del aplazamiento?

-Es algo de respetar. Viendo que dos semanas de espera estando bien se hacen largas, tres, ni le cuento.

Supongo que habrá visto los partidos de su adversario durante el Manomanista, en los que venció con superioridad a Oinatz Bengoetxea (8-22) y Joseba Ezkurdia (22-14). ¿Cómo le vio en esas eliminatorias?

-Bien. Mikel está en un buen momento: le sale la pelota fácil de la mano, retrasa bien el golpe y con la zurda tiene confianza para restar los saques, darle de besagain y hacer daño. Mikel está bien, sin duda.

Hay un precedente que data de 2016 en el que se enfrentaron los dos, en una final del Manomanista y en el mismo escenario. Aun así, siempre dicen que esos eventos del pasado no significan nada.

-Esto es otra historia. Ha llovido mucho desde entonces. Han pasado muchas cosas. He jugado más finales y me ha tocado también estar triste en casa. Ha cambiado todo, menos el escenario y los protagonistas.

Mikel es peligroso.

-Fíjese, ha ganado a Oinatz y Ezkurdia. Es bastante peligroso. ¡Qué le voy a decir! Aun así, ha jugado bien, serio, sí que hizo algunos regalos, pero es un rival muy difícil, porque funciona bien de piernas, de golpe, tiene remate?

En su caso, su versión más dominadora apareció en la eliminatoria de semifinales contra Danel Elezkano (12-22 en el Astelena de Eibar).

-Sí. Primero se dijo que la mejor versión fue la de los cuartos de final ante Jokin Altuna (18-22 en el Atano III de Donostia), después que fue la de semifinales y yo solo espero que la mejor de todas salga en la final del 9 de junio. Estoy entrenando a gusto para ello, sin pasarme de rosca. Intentaré jugar mejor que contra Elezkano II y ganar la txapela.

¿Considera que el sufrimiento del primer partido contra Víctor (20-22 en el Astelena de Eibar) le vino bien?

-Hay que tener en cuenta que el primer partido es siempre muy complicado para todos; sobre todo, si tienes en cuenta que si pierdes te vas para casa. Además, es un contrario que siempre se me ha dado mal mano a mano. Es complicado ganarle. Salieron bien las cosas y pude ganar. Después, me centré en Altuna III y las cosas salieron bien en los dos partidos siguientes.

Entró muy rápido en el circuito de estelares y en la conquista de las txapelas, pero su progresión quedó frenada algo más de un año por los resultados. Sin embargo, en los últimos tres meses jugará dos finales. Ha cambiado la película.

-¡Y tanto! Estoy a gusto con el trabajo que estoy haciendo y trato de disfrutar en la cancha y en mi día a día, que es muy importante. Voy a gusto a entrenar tanto el apartado físico como el técnico. En los partidos me siento más tranquilo. Ha cambiado el asunto de medio año para acá.

En cualquier caso, sería engañarse si creyéramos que el cambio se trata solo de unos pocos meses, ¿no?

-Sí. Si sufres entrenando, las cosas salen tarde o temprano. Tenía claro que estaba pasando una mala racha, pero seguía trabajando con personas que saben más que yo. Tampoco estaba todo en mis manos. Es decir, tienes un preparador o un técnico al lado y analizas no solo lo tuyo, sino lo de todos. Sí que hay mucho trabajo detrás. Intentas mantener el buen momento cuando estás bien y salir cuando pasas el bache. Hay un trabajo de mucho tiempo antes, en el que estás sufriendo e intentas cambiar el momento.

Si echa la vista atrás puede observar que en cuatro años y tres meses ha pisado cinco finales de Primera -tres del Manomanista (2016, 2017 y 2019) y dos del Parejas (2017 y 2019)-.

-Muchas veces no damos demasiada importancia a todo lo que hemos conseguido. Hay que tener en cuenta también que solo tengo 22 años. Sí que se me puede pedir más, sin duda, pero considero que he hecho un trabajo con el que puedo sentirme a gusto. Después de pasar un año sin resultados, puedo considerar que las cosas están saliendo bien.

Dice que se le puede pedir más. ¿Qué pediría?

-Que cuando esté mal, salga de ahí. Todos queremos siempre más y si estás en una final, ganarla. Sin embargo, hay que ser consciente de lo que cuesta estar ahí. Siempre se pueden pulir algunas cosas, pero estoy a gusto y orgulloso con lo que estoy haciendo. He llegado a finales que cuestan mucho.

¡Y que ni soñaría alcanzar antes de debutar!

-Para mí ya era mucho solo el hecho de debutar. Después, llegó la final de Segunda. Cuando me di cuenta, me habían metido en el Cuatro y Medio de Primera y en el Parejas de Primera con Aitor Zubieta y Miguel Merino. Ha ido todo muy deprisa. Sí que sueñas, por supuesto, pero nunca lo ves real.

¿Cómo le afectaron todas las expectativas que generó su llegada al profesionalismo y su irrupción como el campeón más joven de la historia?

-Al principio, sí que afecta negativamente. Tú mismo te metes presión y los medios, también. Es una cadena. Por otra parte, viene bien que te metan caña para seguir trabajando cuando las cosas no salen bien. Siempre he estado entrenando bien y la empresa lo sabe. Estoy tranquilo por ese lado. Nunca me he estancado. Siempre he intentado buscar la mejoría. Viene bien la caña para eso.

Hay deportistas que crecen con la exigencia, ¿no?

-Cuando te dan caña, cuesta aceptarla al principio. Más aún cuando se tienen 19 o 20 años. Después, puedes enfocarlo de otra manera, que lo hacen porque esperan mucho de ti, porque quieren que salgas, por lo que has conseguido? Le he dado la vuelta. Es el camino a seguir.

¿Saber darle la vuelta a situaciones adversas ha sido el mayor aprendizaje de sus últimas dos campañas?

-Puede ser. Sí que se aprenden cosas a base de hostias, a base de sufrir.

Se dice que Iker Irribarria ha regresado. ¿Dónde estaba hasta este momento?

-Creo que esa expresión está mal formulada. Sí que he vuelto a las finales, pero siempre he estado ahí, trabajando. He jugado partidos muy buenos y quizás no he acertado en algunos momentos clave, pero siempre he estado ahí, jugando en Primera, donde si bajas de nivel, cuesta mucho ganar. Soy consciente de todo ello. Nunca gusta escuchar que digan que Iker Irribarria ha vuelto, porque he seguido trabajando.

Si bien es cierto que el deporte profesional se mide por los resultados, quizás hay demasiado resultadismo.

-Por mi parte, creo que sí. Muchas veces nos enfocamos en los resultados y todos queremos los mejores, pero primero hay que creer en uno mismo, después hay que trabajar y más tarde llegan los resultados. A mí me llegaron pronto y me ha costado seguir con ellos. Poco a poco he ido trabajando el físico, la técnica y me veo capaz de ganar unos partidos que quizás antes no podía. Sí que tengo que seguir mejorando pero así te haces mejor pelotari y mejoras en facetas que tienes que hacerlo.

En cualquier caso se encuentra en un estado deportivo bueno. Está castigando mucho con su pegada.

-Va por temporadas: si entras bien a la pelota, si gozas, si tienes chispa, todo es más fácil. Me siento en buen momento, me sale la pelota bien y hay que aprovechar, porque ya sé lo que se siente cuando no te sale la pelota.

La cuestión a buscar es la regularidad.

-Sé que voy a tener momentos buenos y peores, porque la vida del deportista es así y no se puede estar siempre al cien por cien. Hay que intentar ganar partidos cuando no se está bien.

Respecto a su situación personal en la empresa, durante las últimas semanas en algunos círculos pelotazales se corrió el rumor de su posible fichaje por Baiko Pilota. ¿Qué puede explicar sobre ello?

-Es un rumor que a mí también me ha llegado de gente de fuera. Voy a ser totalmente sincero: no he recibido ninguna notificación ni de mi empresa ni de la otra. Estoy igual que tú. Lo único que lo que sale es mi nombre. De cualquier forma, voy a seguir trabajando igual y si viene una oferta, habría que replanteárselo. Estoy muy a gusto en Aspe, tanto con la empresa como con los técnicos. Por mi parte, no tengo ninguna intención de escuchar ni cosas que no son ciertas ni rumores. Si tiene que llegar algo, el último en enterarse seré yo. Lo dicho, no sé nada y sí que lo he escuchado, pero no es nada cierto.

Escuchar que hablen de usted sin que sea verdad...

-Son temas de empresa y no hay nada más. Lo importante es que no me desconcentre para la final, que es lo más importante para mí. Estoy centrado en el Manomanista.

Cambiando de tercio, concurrió a las elecciones municipales del pasado 26 de mayo con una plataforma de su pueblo, Arama. ¿Cómo surge la idea?

-No hay mucha historia. Somos un pueblo pequeño, hacen falta cinco o seis concejales y es un pueblo que necesita ayuda para sacar las cosas hacia delante. Había tres o cuatro dispuestos y un amigo y yo, que somos gente joven, nos animamos. Mi ama estuvo tres o cuatro legislaturas y sé un poco cómo funciona el ayuntamiento. La gente me animó. Mi intención es ayudar y hacer las cosas lo mejor posible.

¿Qué es lo que más la interesa de ese mundo?

-Lo primero de todo es que no me gusta la política y no soy muy aficionado, pero mi ama me dice que es otro mundo, que esto no es el Congreso. La cuestión es ayudar en el pueblo, bien en las infraestructuras, en las fiestas? Son cosas que hay que hacer. Ya sabemos lo que está sucediendo en otros lugares, que se están vaciando. Desde pequeño he vivido y me he criado aquí. Es mi entorno y me ilusiona mucho.

Prosiga.

-Cuesta dar el primer paso. Hay que trabajar, estar al día y todas las semanas hay que hacer cosas. Ilusiona. La vida no es solo pelota. Hay que salir de este mundillo en ocasiones.

Puede chocar que siendo tan joven se metan en este tipo de asuntos.

-Son cosas nuevas, de las que no tengo ni idea, pero hasta San Fermín tendré que seguir estudiando la carrera y los primeros meses no serán fáciles. Tengo ilusión de mejorar. En algunas ocasiones haremos las cosas mal, pero siempre trabajaremos para dar lo mejor.

La política municipal consiste en escuchar mucho a los vecinos?

-Ya sé lo que hay. Somos los únicos dispuestos a trabajar y trataremos de hacerlo lo mejor posible. Es complicado y hay que tener tacto. Soy nuevo y quiero hacerlo bien para todos.

“El rumor de que podría fichar por Baiko lo he oído, pero no es nada cierto. No he recibido notificación alguna”

“Me siento en buen momento, me sale la pelota de la mano y tengo que aprovecharlo”