Duración: 52:21 minutos de juego.

Saques: 4 de Jaka y 3 de Artola.

Faltas de saque: Ninguna.

Tantos en juego: 15 de Jaka y 10 de Artola.

Errores: 10 de Jaka y 7 de Artola.

Marcador: 7-0, 7-1, 8-1, 8-2, 13-3, 14-3, 15-4, 16-6, 16-7, 17-7, 19-8. 20-9, 20-10, 21-20 y 22-20.

Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final del Campeonato del Manomanista de la LEP.M disputado en el frontón Beotibar de Tolosa. Buena entrada. En el primer partido, Alberdi-Mariezkurrena II ganaron a Agirre-Imaz (7-22).

bilbao - A Erik Jaka las campanas le sonaron antes de tiempo. Su magia desapareció de golpe y cerca estuvo de dejarle sin el pase a los cuartos de final del Manomanista de Primera. El lizartzarra lo bordó en la primera mitad del encuentro y pasó por encima de Iñaki Artola. Pero fue llegar al cartón 20 (20-9) y cambiar el signo del encuentro. El alegitarra, desatado y sin nada que perder, empezó a jugárselo al todo o nada y cada tanto realizado fue un puñal en la confianza de Jaka. Artola se permitió el lujo de soñar, de creer en una de esas remontadas que quedan guardadas en la memoria del aficionado pelotazale. Metió miedo en el cuerpo de su rival y logró igualar el duelo a veinte. Sin embargo, los temblores le aparecieron en el peor momento y rescataron al delantero de Aspe. Artola hizo lo más complicado, pero le faltó rematar. Poner la puntilla a un rival tocado. Jaka se agarró a ese pequeño aliento de vida y cerró el encuentro. Lo hizo con un suspiro. Prueba superada y ahora espera en el horizonte Joseba Ezkurdia.

Erik Jaka llegó al Manomanista con el aval logrado en los meses previos. No pudo entrar en el Parejas y se dedicó a encadenar exhibiciones en los partidos previos. Los triunfos vinieron acompañados de buenas sensaciones y con ello llegó la confianza. Siempre a más, se presentó en el campeonato como una amenaza temible y en sus primeros pelotazos ese brillo se mantuvo. Artola no pudo hacer nada ante el recital del lizartzarra. El de Aspe pegó con mucha soltura y con el remate fue letal. Todos los riesgos quedaron traducidos en aciertos y los cartones cayeron del lado colorado. Por su parte, el alegitarra no daba con la clave. Como le ocurrió en el encuentro de los dieciseisavos, salió frío, sin aprovechar su pegada y lo pagó caro al encajar un resultado de 20-9.

Apostadores sentados y partido con emoción perdida, ese era el escenario. Fue en ese momento cuando el despertador de Artola sonó y los fantasmas asolaron a Jaka. El alegitarra arriesgó y con un buen pelotazo cruzado logró el saque. Tres servicios seguidos pusieron el 20-13. Momento para soñar. La distancia cada vez fue más pequeña. Artola dominó los tantos y el lizartzarra se vio sin respuesta. Lejos de su radio de acción, Jaka estuvo a merced de su adversario. Incapaz de tener ninguna opción y con la única esperanza de que un error ejerciera de salvavidas. El ímpetu de Artola le ayudó a igualar el encuentro, pero en el siguiente tanto, con todo a favor, erró a la hora de realizar un dos paredes. No remató y le dio una vida extra a Jaka. El de Aspe ya no perdonó, había sufrido mucho y no se permitió volver a hacerlo.