- “Estoy como un flan”, admite. Las victorias no privan de los nervios a un piloto que lucha por ganar en cada carrera que disputa. En 2021 suma 8 triunfos, un segundo puesto y dos abandonos. Es referente de la disciplina de carreras de montaña a nivel estatal. De hecho, es uno de los ocho pilotos que representan al Estado español en el reto que ahora se pone ante su Nova NP01, una máquina de 510 caballos de potencia montados sobre 570 kilos de peso, con los que alcanza velocidades de 250 kilómetros serpenteando entre montañas y guardarraíles. Joseba Iraola (16-IX-1982, Balmaseda) será el único representante vasco que este fin de semana competirá en el FIA Hill Climb Masters, prueba que se reconoce como El Mundial de las Subidas. Esta edición se disputa en Portugal. “Están los mejores”, confirma con rugidos en el estómago.

“Me juego mucho”, admite el vizcaino, que acude a Braga, sede de la competición, con su futuro en vilo, pendiente de obtener un resultado que pueda ejercer influencia sobre su futuro inmediato, en el que contempla disputar el circuito europeo de montaña. El dos veces campeón de España de la modalidad (2016 y 2018) acude con intención de medir su condición frente a los mejores pilotos del planeta, a los que ya se enfrentó, en esta misma cita bianual que alcanza su cuarto certamen, en 2018, donde terminó décimo en la clasificación general y segundo en su categoría, de 2 litros. “Esta vez compito en la categoría más grande que hay, voy a por el scratch, a por la general y a ver dónde puedo estar”, explica. Si bien, aunque muestra prudencia, porque “los que van de listos muchas veces se la pegan”, considera que posee ritmo para alcanzar el Top 5. “Si todo va bien, tenemos posibilidades, pero me gusta ser precavido”, comenta. En su caso, su concurso será válido para la clasificación individual y también para la Copa de Naciones, en la que se tomarán en cuenta los resultados de cuatro de los ocho pilotos estatales que asisten para establecer esta clasificación por equipos. Joseba ha sido uno de los seleccionados para computar sus tiempos. Es rápido.

Aunque es cierto es que Iraola corre con un handicap: está registrado como piloto profesional, pero la comida llega a su casa gracias a la tienda de muebles en la que trabaja, y que es el sustento para poder estar en una salida entre los mejores pilotos de la especialidad. “Al final nosotros somos un equipo en el que hacemos todos un esfuerzo muy grande”, explica. Se trata de cinco personas que se juntaron hace una década, unidos por la pasión y compartimentando las responsabilidades, que a día de hoy permanecen unidas para dar rienda al amor por el motor. Es decir, no es sencillo estar en su papel; el sacrificio va de la mano del volante. “Me quito de vacaciones y de todo por correr. Mi mujer, por ejemplo, lleva desde el martes teletrabajando desde el hotel, todo por apoyarme”, reconoce. “Somos como un circo”, añade, haciendo alusión a una vida errante que le hace vivir a contrarreloj entre muebles y aceleradores. Es un nómada del hierro y la madera.

Este diplomado en Empresariales comenzó su andadura en el motor tras colgar la bicicleta en categoría amateur, cuando seguía una proyección hacia el profesionalismo. “Mi aita me cortó y entonces le dije: ‘Pues me compro un coche’”, recuerda. Cambió el pedal por el motor, pero manteniendo el asfalto como su pilar y los paisajes naturales como imagen de fondo. Desde entonces ha ido ascendiendo como lo hace en las montañas que le ven pasar a velocidades endiabladas. En esos estrechos pasillos que son las carreteras, el vértigo se apodera de la mayoría.

En Braga, en un idílico paraje que tendrá a la Basílica de Nuestra Señora de Sameiro como epicentro de la cita, recorrerá los cerca de tres kilómetros de subida en aproximadamente un minuto, apenas unos suspiros que deciden a los campeones, donde el margen de error no existe. Conoce el trazado porque ha competido allí en dos ocasiones, en ambas como parte del calendario del Campeonato de Europa. Ahora llega con el reto de ser uno de los mejores pilotos del planeta en su disciplina. Pero también con los nervios de completar una actuación que permita seguir progresando a nivel competitivo. El FIA Hill Climb Masters es la pasarela a la que el mundo de la montaña presta atención. Para Joseba Iraola es la subida a la cumbre del mundo, un hito en su escalada.