MARKEL Alberdi pasó infinidad de horas nadando en línea recta. Sin desviarse lo más mínimo, observando continuamente el suelo invariable de la piscina y trabajando para hacer realidad un sueño. Pero la vida le enseñó que en esa línea recta que perseguía cada día, había también muchas curvas. El exnadador olímpico vivió las dos caras de la moneda, la alegría de unos Juegos Olímpicos y un tremendo desgaste mental que le derivó en tener problemas de ansiedad. Una realidad vivida en el mundo del deporte pero que se traslada a todos los ámbitos. Con esas experiencias vividas, Alberdi quiere visibilizar esta situación y eliminar los estigmas que hoy en día aún rodean a la salud mental. El eibartarra lleva a cabo el proyecto The line: una calle por la salud mentalen el que une la natación, tan importante en su vida, con su pasión por la madera y la ingeniera, dando forma así a una iniciativa con la que visibilizar la importancia de la salud mental.

Alberdi realiza murales con la ayuda de programas de diseño 3D, una máquina de control número, que le sirve para dar forma a la madera, y realiza a mano los acabados con lijas y epoxi, un tipo de resina coloreada. Estos proyectos comenzaron como una afición, pero pronto el eibartarra se dio cuenta de que podía servir para algo más y por ello decidió realizar un crowfunding para llevarlos a cabo y destinar el setenta por ciento de los beneficios a la Confederación de Salud Mental de España. Su éxito no tardó en llegar y pocos días cumplió el objetivo deseado y actualmente todavía sigue recaudando fondos. "Tenía mucha incertidumbre. Sí que pensaba que se iba a cumplir, pero más tarde. Se ha sumado mucha gente que no tiene nada que ver con la natación, pero le ha interesado la causa y el proyecto en general", cuenta. Ese donativo era uno de los objetivos. Sin embargo, la idea principal no era esa. Era servir de altavoz para un problema presente en el deporte y en la sociedad: "Quería visibilizar y quitarle el estigma que todavía tiene, porque nunca sabemos que circunstancias nos van a tocar vivir. Hace falta quitarle ese tabú y que la salud mental sea como otra parte de la salud y que hay que darle la importancia que tiene desde un punto de vista sano".

Estos problemas son conocidos para Alberdi, que los vivió en primera persona meses antes de acudir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. "Tenía una ansiedad muy grande. Dormía tres horas a la noche y luego entrenaba ocho, estaba claro que algo estaba mal, pero no sabía qué hacer. No sabía lo que me estaba pasando. Empecé unos meses antes de los Juegos y llegué muy pasado de rosca, pensaba que dejando la natación me iba a tranquilizar al no tener esa exigencia, pero no luego la vida de golpe me cambió muchísimo. Estaba en un estado anímico bajo y me vino un golpe que se me puso la vida patas arriba. Necesité más ayuda psicológica para ir acostumbrándome y buscar cosas que me llenaran", recuerda. Aunque una de las cosas que no hizo fue esconderse. Una vez que comprendió el problema lo afrontó, no dudo en reconocerlo y "cuando me preguntaban por los Juegos decía que no todo había sido maravilloso. Que estar ahí había estado bien, pero que había sido un año muy difícil", afirma.

solicitar ayuda

Para superar esta situación tuvo que pedir ayuda y con este proyecto quiere visibilizar más el problema para que la gente no dude en solicitar ese apoyo necesario. "Todo el mundo pasa baches y si se aceptan o no se toman como estigmas son más fáciles de pasar. Los amigos y la familia siempre van a estar ahí, pero hay veces que no pueden ayudar. Para eso están los psicólogos y los psiquiatras, para ayudar a salir poco a poco de ahí", comenta. Para pedir esa ayuda es necesario que el problema sea conocido. Alberdi lo ha seguido de cerca en los últimos años y ve un progreso que le hace ser optimista: "Creo que no soy objetivo porque el estigma lo he quitado totalmente. El Markel de ahora y el que vivió aquello son diferentes en ese sentido. Pero ahora todos hablan más de salud mental y eso hace que se vaya normalizando cada vez más. Eso ayuda no solo al que tiene un problema, si no a todos, porque no sabemos si una situación nos puede superar en el futuro".