Jon Rahm tuvo un inicio discreto en The Northern Trust, la primera de las tres citas de los play-offs de la FedEx Cup. El número 1 del mundo inició su vuelta con un birdie excelente en el hoyo 1 gracias a un putt embocado desde nueve metros y otro en el 4 tras un golpe de salida que voló más de 250 metros hasta el bunker que protegía el green. Pero no pudo dar continuidad a esos momentos brillantes porque sus golpes de aproximación no fueron todo lo precisos que necesitaba en un TPC Boston poco receptivo y que tiene unos greenes con múltiples caídas. Rahm tiró muchos putts de birdie, pero desde distancias de escasa conversión por lo que su tarjeta se llenó de pares y se estancó en los siguientes tres cuartos del recorrido.

No suele ser habitual que el de Barrika desperdicie los pares 5 y ayer le ocurrió. En el hoyo 2 tuvo una buena oportunidad, pero falló por poco un putt de unos cinco metros. Peor fue en el hoyo 7 donde su segundo golpe fue demasiado a la izquierda, hacia una zona de hierba complicada, y solo pudo salir hacia el bunker. Desde allí se dejó un putt de un metro escaso para salvar el par al menos, pero lo erró. Y pareció acusar ese fallo porque su juego perdió la frescura y la confianza del inicio.

Con uno bajo par al paso por los nueve primeros, Rahm salió indemne del tramo de hoyo 10 al 13, el más complicado del campo de Massachussets. El problema seguía siendo dar con la distancia correcta desde la calle al green, conseguir esos tres o cuatro metros que facilitan las cosas alrededor de las banderas. Sin acertar con los hierros, era complicado que el putt resolviera todos los problemas y la vuelta entró en cierta monotonía que le dejaba algo lejos del liderato que al cierre de esta edición estaba en el ocho bajo par del australiano Cameron Davis y el inglés Tommy Fleetwood. Fue significativo el arranque del colombiano Sebastián Muñoz, que hizo birdie en los siete primeros hoyos, aunque, claro, no pudo mantener ese ritmo.

En el hoyo 16, el último par 3 del día, quedó reflejada esa desesperación de no encontrar el toque adecuado. Su bola salió hacia el bunker de green, dejó caer el palo, se tapó el rostro con la gorra e, incluso, se ocultó de la vista de la cámara tras un panel para, probablemente, descargar su rabia. Sacó un gran segundo golpe, una sacada de la arena de su firma, pero que solo le sirvió para salvar el par, aunque libró con calidad el bogey. Al menos, el birdie del 18, tras un gran aproach desde fuera del green, le permitió robar un golpe. En todo caso, sus expectativas ayer eran otras, mucho más allá que quedar en medio de los 123 participantes en The Northern Trust, lo que le obliga a tener que hacer hoy una buena vuelta para pasar el corte.

Por otro lado, Adrián Otaegui firmó el par en la primera jornada del Wales Open, a cinco golpes del liderato. Este es el quinto torneo de la gira británica que ha reanudado el Circuito Europeo y el donostiarra juega sin presión ya que ya tiene su plaza en el US Open.