Kerman Lejarraga (Morga, 1992) que durante el confinamiento debido al coronavirus covid-19 ha tenido tiempo suficiente para dar vueltas a la cabeza. Lo cuenta mientras las gotas de sudor recorren su rostro, muriendo en el suelo del Mampo Gym de Zorrotzaurre. Por el mismo escenario pulula Sergio El Niño García, alimentando su preparación para la gran velada en la que estará inmerso el 21 de agosto ante los suyos, en Torrelavega. El invicto superwélter cántabro, cuatro veces campeón de Europa y con un récord de 31 victorias, realiza junto al vizcaino un trabajo de guanteo comprometido y espectacular. De hecho, en el actual panorama boxístico estatal, una entrada de ring para verlos frente a frente estaría tremendamente cotizada. Puro lujo a diez asaltos. Después de una buena zurra física, El Revólver admite que “García y yo llevamos mucho tiempo trabajando juntos. Es un compañero, un amigo y un hombre físicamente muy preparado. Es como un motor. Me hace trabajar y mejoro mucho con él”. Txutxi del Valle, entrenador de Lejarraga (30 victorias y dos derrotas), y Ricardo Sánchez Atocha les observan con expresión didáctica. Entretanto, el próximo objetivo del morgatarra se sitúa en la plaza de toros de Puerto Banús el 8 de agosto: Tyrone Nurse (37-6-2).Pero eso forma parte del presente y cuando Kerman revisa el retrovisor, las semanas pasadas de frenazo, a lomos de un virus que todavía lanza guiños de pánico sanitario, confiesa que está “muy concienciado” con el peso. “Estos meses he tenido mucho tiempo para pensar. Me estoy cuidando mucho. Me encuentro como al principio, como cuando daba el wélter (66,678 kilos). Llevo muy cerca del peso del superwélter (69,853) desde hace tiempo y, sinceramente, me estoy planteando volver a bajar de división. Haré esta pelea en el superwélter y trataré de no dispararme tanto. Llevo meses comiendo muy limpio y he quitado la ansiedad de la comida. Si me motivo y sigo así, puedo dar el wélter otra vez”, desvela Lejarraga, al que se le adivinan los huesos de la cara y una sonrisa de orgullo. Está feliz. “Lo estoy llevando a rajatabla y tengo la suerte de que me ayudan mucho en casa. Estoy ilusionado con regresar y hacer bien el trabajo”, afirma el púgil, quien destaca que “eliminar la ansiedad es fundamental. Estoy haciendo una alimentación progresiva, poco a poco, y es una situación que estoy llevando bien”.

El pupilo de MGZ Promotions abandonó el wélter después de proclamarse en dos ocasiones campeón de Europa, pero el experimentado excampeón mundial David Avanesyan le rompió el sueño de seguir ascendiendo en una división repleta de calidad. “Ahora hay otro Kerman. Tengo otra vez hambre, estoy con ganas. Quizás me apalanqué, como se dice, y cada vez que peleaba, se me disparaba la báscula. Ahora llega el fin de semana y no sufro esas ansiedades. Aprovecho para salir a caminar, cosa que antes no hacía, y no estoy todo el día encerrado en casa”, desbroza el morgatarra, quien añade que “el tiempo te hace madurar. El hecho de querer triunfos, de querer avanzar, ayuda a levantarte”. “He recuperado la ambición. Creo que es algo que a todo boxeador le pasa, pero se vuelve a retomar. He logrado volver a tener esas sensaciones y me siento muy a gusto. Si pierdo, perdí; pero voy a ir con todo. Intentaré llevarme a cualquier rival por delante”, especifica Lejarraga.

El confinamiento le pilló “en casa de ama, en Morga”. “Allí pude correr y entrenar, porque tengo un pequeño gimnasio”, explica. “He tenido una suerte increíble. Otros no han tenido la misma que yo, ya que han estado en pisos cerrados. Eso sí que tiene mérito y no lo mío, que tenía la oportunidad de salir al jardín, hacer trabajo fuera y descansar”, recuerda Lejarraga. Después de los meses de barbecho, encara una nueva etapa repleto de “ilusión”. “Estoy muy motivado. He estado haciendo guantes con Jon Míguez, con Jhon Jader Obregón, con Rikar Urrutia y ahora estoy con Sergio García. Estoy muy motivado con mi esquina. Estoy con ganas”, repite ambicioso el vizcaino.

UN RIVAL MOTIVADOR

En una velada de alto copete, Kerman Lejarraga será cabeza de cartel en Marbella frente a Tyrone Nurse, que en su currículum tiene el honor de haber sido campeón británico del superligero en tres ocasiones. “Es un boxeador muy técnico, que tiene cerca de 50 combates y, por tanto, una gran experiencia. No es un pegador, pero se queda y se faja. Creo que habrá una guerra. A mí me interesa que entre al trapo”, determina el boxeador de Morga. Hay una pequeña diferencia de estatura entre ambos (Nurse mide 1,80 metros y Kerman, 1,75), cuestión que no preocupa al vasco. “Es largo y espigado. Yo soy algo más achaparrado y puedo parecer más pequeño, pero no hay tanta distancia. Es un tío que me motiva, ya que viene después del confinamiento y me parece que tiene mucho valor por ello”, reseña El Revólver. Eso sí, el récord del de Huddersfield deja claro su dureza: jamás ha sido objeto de un K.O. “He madurado. Si hago asaltos, de lujo; si gano por K.O, mejor, pero no me obsesiona. Hice diez asaltos contra Macías y me veo preparado para ello”, finaliza Lejarraga.