Jon Rahm se mantiene en la pelea por el triunfo en The Memorial y en la carrera por el número 1 del mundo después de un día del movimiento muy complicado en Muirfield Village. Los greenes del campo de Jack Nicklaus están duros y pelados tras dos semanas de competición y hay que afinar mucho todos los golpes. El de Barrika estuvo irregular desde el tee y no se procuró demasiadas oportunidades claras de birdie y alguna de ellas se le escapó por milímetros. De todas formas, logró agarrarse al campo y mantuvo la tercera posición con la que empezó la jornada, pero vio alejarse a un más inspirado Tony Finau, que mediado su recorrido había abierto un hueco de cuatro golpes.

Con un birdie en el 7 y un bogey en el 8, en el que pagó una mala salida, Rahm fue avanzando en un campo diferente al que jugaron la semana pasada y que ayer opuso mucha resistencia, con las calles llenas de chuletas, el rough alto y algunas banderas escondidas. La clave era no cometer errores graves y mantener la presión sobre el partido de Finau y Palmer, justo por detrás. Así, en un momento cambió el panorama ya que el líder hizo doble bogey en el 12 y el vizcaino, birdie en el 13 con lo que recortó tres golpes de súbito. Con su tercer birdie en el 14, Rahm alcanzó el liderato compartido.

La paciencia dio frutos cuando Finau quiso ir muy rápido y se fue al agua en el 14 para contarse otro bogey. Rahm olió la sangre y firmó su cuarto birdie seguido en el par 5 del 15 tras sacar un gran chip desde ocho metros, y en el par 3 del 16. Entonces, a falta de tres hoyos y al cierre de esta edición, el vizcaino era líder en solitario con dos golpes de ventaja.