L baloncesto de la Liga Endesa regresó ayer de un parón de 100 días que se llenaron de dudas, temores y deseos confinados. La ACB fue paciente y logró alumbrar una fase final para decidir el título y, al fin, la Fonteta fue el escenario de la primera jornada de un evento especial, desde luego distinto y que ha generado muchas expectativas y esperanza, aunque sea a puerta cerrada y sin público, por ver que el baloncesto ha vuelto con un formato que, a priori, daba opciones a todos, aunque a la larga las plantillas más largas serán las beneficiadas como demostró el Baskonia, al que el Bilbao Basket, muy reconocible durante 17 minutos, sujetó hasta ser pasado por encima durante la segunda parte.

El Barcelona y el Joventut fueron los encargados de descorchar esta nueva normalidad de la Liga Endesa. Los jugadores azulgranas lucieron en el calentamiento camisetas con el lema Black Lives Matteren recuerdo a las reivindicaciones de la población afroamericana en Estados Unidos. Los jugadores fueron presentados a través del videomarcador por jóvenes aficionados a los que la ACB ha querido involucrar en esta fase final. Y antes de cada partido se guardó un minuto de silencio, solo roto por el sonido de un solitario violín, por las víctimas del coronavirus. Todo era extraño, con medidas y detalles que recuerdan lo que se ha vivido en los últimos tres meses y que quizás conviene tener en cuenta para el futuro cercano.

La plantilla del Barcelona mostró su apoyo a las luchas raciales en Estados Unidos. Fotos: ACB Photo y Efe

La mesa de anotación estaba situada a dos alturas y unas mamparas separaban a los auxiliares de los árbitros. En los banquillos jugadores y técnicos se sentaron un poco más separados de lo posible habitual y los no disponibles junto a médicos y cuidadores se ubicaron en unas sillas en los fondos, también guardando las distancias. En las gradas hubo espacio de sobra para que directivos, responsables deportivos siguieran los partidos en calma absoluta. Aquellos que no participaban del juego debían portar mascarillas, algo de lo que fueron eximidos los entrenadores por la evidente incomodidad que provoca a la hora de repartir instrucciones y gritos y hacerse entender en la distancia. Además, el balón debía ser desinfectado cada vez que abandonaba el perímetro de seguridad de la cancha y sustituido por otro que había sido colocado en un atril, lo mismo que los aros, algo que parece rizar el rizo en la higiene. Si no fuera porque varios empleados de la ACB se ocuparon con diligencia de esas cuestiones que habitualmente parecen nimias, si no fuera por estos elementos añadidos que ha traído la pandemia al deporte y a la vida, el aspecto de una Fonteta vacía de espectadores y con el silencio roto solo por los sonidos propios del baloncesto, el roce de las zapatillas en el parqué, el bote del balón, el golpeo en el metal del aro, dejaba la fría sensación de ser un entrenamiento cualquiera. Eso sí, con más competitividad, a veces con el exceso de ganas en los jugadores tras más de tres meses en los que su profesión dejó de ser importante. Los gritos de los jugadores sustituían a los del público para celebrar las buenas acciones. Pero los entrenadores no necesitaban alzar la voz en los tiempos muertos y mejor así, no fueran a escucharles al otro lado.

debut de miguel ruiz

Así discurrió una jornada en la que los jugadores demostraron que han interiorizado todos los protocolos después de una semana en Valencia y que cuando pisan la cancha olvidan cualquier prejuicio y temor. Al Bilbao Basket se le acabaron las pilas y se le apagó la luz tras el descanso, la segunda parte fue una pequeña tortura física, pero esta fase final poscoronavirus ya ha sido inolvidable para Miguel Ruiz, el joven base que se convirtió en el siguiente vizcaino en debutar en la ACB con la camiseta del Bilbao Basket después de Borja Mendia.

El debutante Miguel Ruiz defiende a Sergi García. Fotos: ACB Photo y Efe

Ya se sabía que el chaval no se corta y salió a tiro por minuto. Si algo ha destacado esta temporada en los hombres de negro es la valentía y Ruiz se ha imbuido de esa mentalidad. Tampoco tenía motivos para cortarse ayer ya que no había nada que perder. Y también será un torneo inolvidable para Pau Ribas. El jugador del Barça fue padre ayer mismo y abandonó la burbuja sanitaria creada en Valencia. Si debe respetar el protocolo, tendrá difícil jugar, al menos los primeros partidos, ya que deberá someterse de nuevo a las pruebas de PCR. Pero seguro que al escolta internacional no le importa mucho aplazar un tiempo su regreso al baloncesto.

fase final de la liga endesa

Bilbao Basket-Baskonia

Bilbao Basket

Baskonia

El Bilbao Basket se apagó tras el descanso, pero al menos pudo alumbrar el estreno de otro vizcaino en la Liga ACB

Todo era raro, con detalles que recuerdan lo que se ha vivido estos tres meses y que quizás conviene tener en cuenta para el futuro