Cuando la Comisión Delegada de la Federación Española de Natación (RFEN) decidió suspender la temporada de waterpolo a causa de la crisis sanitaria, el Leioa WLB era segundo en la Primera División, la categoría de plata estatal, a tres puntos del líder, el Concepción-Ciudad Lineal. Por eso, cuando se decretó que el curso finalizaría sin descensos pero con los ascensos directos de los dos primeros clasificados, el club vizcaino estalló de alegría. Por primera vez en su historia, el Leioa WLB jugará en la Liga Premaat, como se conoce a la División de Honor del waterpolo estatal. Por primera vez en la historia, un equipo vizcaino se codeará con la élite de las piscinas. “Para un club tan pequeño de un pueblo tan pequeño, llegar a la máxima categoría es un sueño; pero es que además España es una de las grandes potencias del waterpolo mundial. Vamos a jugar en una Liga con campeonas de Europa, con muchísimas internacionales por diferentes países y con jugadoras de mucha calidad”, explica Jon López, técnico del Leioa.

La decisión de la Comisión Delegada de la RFEN, aunque era la esperada, supuso “una alegría muy grande” para todo Leioa. Como reconoce López, el ascenso “no era un objetivo buscado porque siempre hemos ido partido a partido”, pero ahora lo saborea como el merecido premio a una campaña para enmarcar. “En las últimas temporadas hemos estado cerca de conseguirlo, por eso es una alegría tremenda. Como deportistas nos hubiera gustado lograrlo de manera épica en la piscina, pero no ha podido ser”, admite el entrenador. De hecho, una vez digerido el entusiasmo, López ya se encuentra meditando sobre el próximo curso, aquel que disfrutarán en la Liga Premaat. El técnico leioztarra reconoce que “el aspecto económico” de estar en la máxima categoría estatal “es salvable”. El problema llega con las instalaciones. Porque el Leioa WLB disputa sus partidos en la piscina del Colegio Askartza, pero entrena en el Polideportivo Municipal de Sakoneta: “No tenemos piscina olímpica en la que se pueda jugar y un salto de categoría supone también un salto en los entrenamientos. Nuestra realidad es de tercer mundo en el waterpolo y la temporada que viene vamos a competir contra equipos con una realidad bien distinta”.

Sin embargo, aunque López mantiene que será necesario que el club consiga buenas instalaciones para luchar con dignidad, no quiere ir a la Liga Premaat a verlas venir: “Quiero competir, quiero llevar nuestro waterpolo de extrarradio a una de las Ligas más potentes de Europa y quiero llevarlo con dignidad, ilusión y posibilidades. Vamos a estar ahí con nuestro equipo de pueblo y vamos a pelear lo que haga falta”. Con todo, el técnico del Leioa WLB admite que lograr la permanencia con la realidad que vive el club es “un milagro”: “Va a ser complicado salvarnos, pero tampoco sería el primer milagro que conseguimos. Por eso, no renunciamos a nada y pelearemos a muerte. No vamos a pasearnos, competiremos lo que se pueda y cuando acabe la temporada ya veremos dónde estamos. El Leioa es una historia de milagros”.

Si hay una cosa de la que presume López, es de jugadoras. Porque el técnico del Leioa WLB consiguió el ascenso a Honor con una plantilla compuesta casi en su totalidad -salvo la francesa Sacré y la cadete eibartarra Urizar- por canteranas. Una plantilla que se mantiene casi constante desde hace cuatro temporadas, que ha ido creciendo con el tiempo y que volverá a ser la seña de identidad del club en la máxima categoría. “Nuestro planteamiento inicial va a ser continuar con gente de la cantera, hasta aquí hemos llegado con ellas y vamos a mantener nuestra idea de juego porque es el estilo del club. Nos ha ido muy bien hasta ahora porque es nuestra razón de ser”.