El parón forzado por el coronavirus en todas las competiciones fue un mazazo para el GDKO Ibaizabal y el Ausarta Barakaldo. Los dos equipos vizcainos de la Liga Femenina-2 estaban cumpliendo con creces sus objetivos y de un día para otro todo cambió. La ilusión se convirtió en incertidumbre. Ahora, con el anuncio de la Federación Española de Baloncesto de dar por concluidas sus competiciones y remodelar la segunda división del baloncesto estatal femenino crea nuevos frentes que combatir entre ellos la nueva remodelación de la competición, con tres grupos de doce equipos. "No tiene ningún tipo de justificación y es una falta de respeto para todos esos clubes que llevan peleando años por subir a Liga Femenina-2. Cuesta mucho y ahora aparecen diez nuevos equipos de golpe. También pensamos que a nivel deportivo, la exigencia va a bajar al abrirse el espectro de equipos", opina Óscar Cea, presidente del Barakaldo.

El conjunto de Ezkerraldea vio terminado un año ilusionante de forma abrupta. En su primera temporada en la categoría, el Ausarta Barakaldo un buen colchón para asegurar su permanencia y estaban disfrutando del curso. "La sensación es un poco agridulce porque estábamos contentos con la evolución que llevaba el equipo. Pero con todo lo que ha pasado, esto queda en un segundo plano y tenemos que valorar otras cosas", comenta Óscar Cea, que también centra su trabajo en las categorías inferiores del club: "Esto afecta a toda la estructura del club y estamos trabajando para que ningún niño se quede sin jugar a baloncesto el año que viene".

Mientras, la fase de ascenso era una oportunidad para el GDKO Ibaizabal. La opción de realizar un efecto llamada y conseguir más ingresos para fortalecer un proyecto que se había asentado en la parte alta de la tabla. Sin embargo, una vez parada la competición se dio un giro de 180 grados. Se pasó de vivir un momento lleno de positivismo a caer en una importante crisis. "La verdad es que los números no los tenemos. La situación es muy delicada, hay mucha incertidumbre y no se sabe hasta qué punto nos puede ayudar el ayuntamiento y cuántas empresas podrán seguir colaborando con el club", comenta Josema Alcántara, entrenador del equipo, que antes del parón era el tercer clasificado: "Entiendo que hay problemas más graves pero a nivel deportivo es muy injusto. Habíamos llegado a un gran punto de juego y nos quedamos tirados por un infortunio. Estamos muy fastidiados".