bilbao - Jon Rahm no se conforma, no le sirve liderar un torneo hasta el hoyo 14 del último día si no gana. “A estas alturas, estoy cansado de acabar entre los cinco primeros, quiero ganar”, lanzó en el Liberty National Golf Club de New Jersey después de lograr el tercer puesto en el The Northern Trust, el primer play-off de la FedEx Cup. Al de Barrika aún le costaba digerir que llevaba dos golpes de ventaja en el liderato cuando quedaban apenas seis hoyos y que entonces era, provisionalmente, también el primero en la clasificación del circuito americano. Pero dos bogeys en el 13 y el 14, que coincidieron con el repunte en el juego de Patrick Reed, al final ganador por primera vez desde el Masters de Augusta de 2018 y por segunda en el torneo, dejaron de nuevo al de Barrika con la miel en los labios.

A él le supo a hiel, al menos en esos minutos posteriores a firmar su tarjeta. No obstante, ese resultado le permitió ascender a la quinta posición en la FedEx Cup, lo que le coloca en posición de asalto de cara al desenlace de la semana que viene. También le lleva de nuevo al quinto puesto en el ranking mundial casi un año después. Solo tiene por delante a Brooks Koepka, Dustin Johnson, Rory McIlroy y Justin Rose. Todos quedaron por detrás en el campo que mira al skyline de Nueva York., lo que da idea de que en el golf todo se decide por pequeños detalles que convierten buenos golpes en malos y que provocaron los bogeys del 13 y el 14 o que en el 17, cuando aún podía apretar a Reed, su putt de birdie besara el hoyo sin entrar.

“He jugado muy bien, muy sólido, hasta el 14. A la salida del 14 le han faltado diez centímetros para acabar en calle y se me ha quedado injugable. Son cosas que pasan, pero son las cosas que hacen falta para ganar”, explicó Rahm, que era consciente de que el torneo se le había ido entre los hoyos 15 y 18 “donde no he jugado bien ninguno de los días”. “Los dos golpes que han faltado puedes encontrarlos cualquier día, aunque los de hoy están más frescos. Es un buen tercer puesto, está claro, pero estoy cansado. Quiero ganar y darme mejores opciones”, sentenció un jugador que en sus últimos seis torneos ha sido tercero (US Open), segundo (Valderrama), primero (Irish Open), undécimo (The Open), séptimo (WGC Memphis) y tercero (The Northern Trust).

ahora, en medinah El golf le dará una nueva oportunidad de revancha esta semana en el BMW Championship, el segundo play-off. Keegan Bradley defiende título en el Medinah Country Club de Illinois, el campo donde Europa protagonizó una histórica remontada en la Ryder Cup de 2012, sellada con un putt del alemán Martin Kaymer. Estar en ese escenario motivará a un estudioso de la historia del golf como es Jon Rahm.

En un torneo con los 70 mejores, sin corte y con 2.000 puntos para el ganador, que mantiene aún la incógnita de la presencia de Tiger Woods, Rahm jugará el jueves y el viernes con Matt Kuchar y Patrick Cantlay en busca de un resultado que mejore o proteja su actual quinto puesto, que según el nuevo formato de los play-offs, le haría salir a cinco golpes del primer clasificado la semana que viene en East Lake. “Quiero jugar bien otra vez, ganar si es posible, y darme la mejor opción posible para Atlanta, que es la importante y para lo que estamos todos”, aseguró Jon Rahm con la ambición redoblada tras pegar de nuevo al poste.