barakaldo - “Voy a parar en el camino y en lo que dura un cigarrito, voy a pensar en estos años todo lo que ha pasado. En el cajón de la memoria guardo trocitos de la historia, las páginas que ya han pasado de un libro inacabado”, cantaba Fito Cabrales con Platero y Tú. Trocitos de la historia. Porque la memoria es flaca. Y por necesidad, es selectiva. Escoge lo trascendental. Mañana será un día para detenerse, para reflexionar, porque lo que acontezca hoy será un inolvidable fragmento para el armario de los recuerdos de Andoni Gago y Kerman Lejarraga, ambos ante momentos cruciales de sus vidas boxísticas.

Andoni Gago. Él primero, como desea Lejarraga, que criticó el orden establecido para la velada que hoy se celebra en el Bilbao Arena de Miribilla: “Pelearé el último. Es una falta de respeto hacia mi compañero. Este tío es el culpable de que el boxeo haya tirado para adelante”.

El Machito Gago afronta el combate con el que jamás soñó: “No me imaginaba ser campeón de Bizkaia, o sea que imagínate pelear por el Europeo...”. El púgil de Otxarkoaga es el precursor de la era contemporánea, del dulce presente de la época moderna del ensogado. Es el ¡riiing! del despertador de Bizkaia. La fuente de inspiración de la que se nutre, entre otros, el propio Lejarraga, quien se apresura a citarle como su ídolo. Sin ambages. Al César lo que es del César. Gago corre con la pole position. Los demás, ruedan a rebufo. Es la noche de Andoni, que brama Lejarraga.

Gago (21-3-3, 6 K.O.) asiste a sus 34 años a la pelea más importante de su carrera profesional. Cruzará guantes con el madrileño Jesús El Ciclón Sánchez (10-1-0, 3 K.O.), de 30 años, por la conquista del título del Campeonato de Europa del peso pluma de la EBU. La cúspide continental. Una batalla de doce asaltos. “Será una guerra”, anticipa el bilbaino, encomiable en su tesón, eternamente bravo y arrojado. Un tetracampeón de España, campeón Internacional de la IBF y de la Unión Europea que reparte bebidas para el gremio de la hostelería y que hoy se desdobla para abastecer de puños a un pleito que por su dimensión jamás olvidará. Para bien o para mal. El 8 de junio quedará en su mente grabado “a fuego”, la expresión que tanto emplea.

La báscula lanzó ayer guiños en el Max Center de Barakaldo para Gago y Sánchez: 56,9 y 56,5, respectivamente, en el límite de los 57,1 kilos. Aprobados. ¡A comer!

kerman, a por el título latino Kerman Lejarraga (27-1-0, 22 K.O.) saltará hoy al cuadrilátero como si fuera a bañarse en la pila bautismal. Después de sufrir su primera derrota profesional en la cita del pasado 30 de marzo ante el ruso David Avanesyan, El Revólver acude a su renacimiento. Porque así lo concibe él. Como un nuevo amanecer. Con el azote de la necesidad de resarcirse -“tengo más ganas que nunca de volver”, ha sido su monólogo desde el K.O.-, somete a juicio su capacidad de reinvención. A sus 27 años, su boxeo se antoja moldeable. Para ello ha entrado en escena el preparador argentino Matías Erbin, escultor de Brian Castaño, el único campeón mundial que atesora Argentina en la actualidad. Ayer, durante el pesaje, Erbin era la sombra de Lejarraga, cuya hambruna le llevó a meterse un tupper entre pecho y espalda nada más levantar el pie de la báscula. El de Morga pisó sobre la frontera de los 69,9 kilos. Clavados. Su rival dio 69,3. Aptos para el espectáculo.

“Si aprendo de los errores, volveré más fuerte; es un nuevo comienzo”, expresó El Revólver tras ceder el cinturón europeo en su segunda defensa y a la vez dilapidar su condición de invicto. Ahora, asegura: “Perder me ha hecho mejor boxeador”. Hoy quiere refrendarlo ante el mexicano Luis Muecas Solís (25-9-4, 21 K.O.), también de 27 años, con el aliciente del cinturón del Campeonato Latino de la WBC de la división wélter sometido a un debate de diez rounds. La pugna ante el pegador yucateco será un peaje de aproximación a la recuperación del título continental, el gran objetivo de 2019. Este es el componente material, porque existe el emocional, que es la respuesta frente al bajón anímico que implica conocer la derrota. El ring muestra al nuevo Lejarraga tras hacer espeleología en el interior de uno mismo buscando la confianza y la corrección del error. Hoy no se acabarán las páginas de su biografía. Pero esta prueba de superación, esta jornada de resurgir, quedará para la memoria del morgatarra. Será un trozo importante de su historia.

En el marco boxístico del Bilbao Arena completan el cartel los combates entre David Makaradze e Isaac Chaca Real (límite 71 kilos), Álex Mora y Oleg Malynovskyi (58,5), Eduardo Cobos y Saúl Luna (62,5), Leopoldo Loyola y Jorge La Bestia Garbey (77), Enerolisa de León y la debutante de Otxarkoaga Naiara Olmedo (56,5), Misael Zeledón y Álvaro Tierno (55), Eli Zeledón y Juan Jesús Antúnez (58), y José Aguilar y Santiago Vanegas (57).