Hace cuatro años, a Naiara Olmedo (Otxarkoaga, 1985) le preguntaron en su gimnasio si se animaba a hacer un poco de boxeo. Por aquel entonces, la bilbaina se dedicaba a ejercitarse con “cardio, pesas y demás”. Olmedo, a la que le van los retos, dijo que sí. Y no se bajó del cuadrilátero. Hasta el punto de que mañana realizará su debut en el ensogado profesional en el Bilbao Arena de Miribilla, donde tiene pactado un combate a cuatro asaltos contra Enerolisa de León en la división de los 56,5 kilogramos. Naiara, que empezó “de casualidad”, se apuntó a un club de Fadura y desde hace dos años se ejercita en Bilboboxing, a las órdenes de José Baena y Jon Kepa, a los que está muy “agradecida”, al igual que a Jokin García, el compañero que le ayuda en las sesiones de ‘sparring’. El veneno del pugilismo corre por sus venas: “Es un deporte supercompleto. Mucha gente empieza por eso y se acaba enganchando. Sueltas adrenalina, te desestresas, te desahogas? Es un deporte que aporta mucho”.

Olmedo ya había pensado en “dar el salto al profesionalismo”, pero, como su llegada al boxeo, la proposición llegó al galope. “Ha surgido de imprevisto. Hace cuatro semanas, MGZ Promotions nos lo ofreció y no pudimos decir que no a una velada así”, destaca la bilbaina, quien añade que “quizás era para un plazo algo más largo”. De hecho, Naiara se encontraba en una preparación “de prueba” para comprobar su adaptación a los campamentos profesionales. El salto será “sin red” ante De León, de quien dice que es “una chica experimentada, dura, físicamente muy fuerte, que provoca que te cambies de guardia”. Considerada como una rival “complicada”, la púgil de Otxarkoaga prefería “algo así más que una chica que venga a pasar la tarde. Es más interesante para mí un combate complicado”. Y es que, desde el inicio, la idea era “pelear con las mejores”. “Cuando pensábamos en el mundo profesional, siempre lo veíamos de este modo. Quiero boxeadoras complicada, las mejores, porque no me importan los resultados. Quiero crecer, aprender y avanzar. Me gustan los retos”, determina la de Bilboboxing, quien agrega que “entre mis objetivos no están los resultados. Nunca he querido ranquearme. Lo que quiero es pelear contra las mejores. No tengo una meta de ser campeona de nada. Lo que quiero es disfrutar. Si sale algo, lucharé por ello, por supuesto, pero no es un objetivo a día de hoy”.

Cuando echa la vista atrás, en el retrovisor de su carrera, la de Otxarkoaga ve dos fases bien diferenciadas. En la segunda, cuando llegó a las manos de Baena y Kepa, “cambiaron los entrenamientos y los resultados mejoraron”. “Con Bilboboxing las cosas se pusieron más serias. Mis entrenadores comenzaron a exigirme más y yo quise seguir adelante. Cuando más me exigen, más doy; cuando más difícil, más me esfuerzo”, recita Naiara, quien recuerda su época amateur como una etapa “en la que pude pelear bastante”.

LA VIDA LABORAL Naiara Olmedo, que trabaja como camarera de piso en un hotel, compagina su actividad laboral con el boxeo como puede, tal y como ella misma reconoce. Actualmente, realiza dos sesiones de ejercicio al día -dos horas por la mañana y dos horas y media por la tarde-, ya que se encuentra sin trabajar para “tomar descanso”. Normalmente, si le toca correr, sale antes de ir a trabajar, va al tajo, regresa para comer y hacer los “recados” del día a día. Tres horas de entrenamiento le esperan después. Mucho sacrificio. La de Otxarkoaga no se arrugará.