Bilbao - Juan del Campo demostró ayer que llega al Mundial de esquí alpino de Are con las pilas bien cargadas y la motivación alta. El mungiarra participa en la cita sin nada que perder y con mucho por sorprender. Así, en su primera toma de contacto con la competición sueca, dejó ver su potencial. Superó sin dificultades la clasificatoria del gigante y consiguió el billete para disputar hoy la final de esta modalidad, a partir de las 14.15 horas. Es cierto que para Del Campo este primer descenso era un mero trámite que debía firmar por su baja puntuación en el ránking FIS, donde comenzó la temporada como el 51 del mundo; pero una vez superado, el mungiarra puede permitirse fantasear. Por el momento, terminar la primera bajada de la final entre los 30 primeros tiempos es su objetivo, puesto que es un propósito que le permitiría acceder a la segunda y definitiva manga. Las condiciones de la nieve y su turno en la prueba -cada 30 segundos sale un esquiador y el puesto en el ranking determina el orden de salida- dificultarán bastante sus intenciones, pero Del Campo ya sabe lo que es acceder al segundo corte de una prueba internacional. Y es que el mungiarra lo logró hace apenas un mes, en la Copa del Mundo de Schladming, consiguiendo un hito en el esquí estatal que hacía más de tres décadas que no se lograba.

Con todo, la del gigante no será la única especialidad del esquí alpino a la que se enfrentará el vizcaino en el Mundial de Suecia, ya que el vizcaino disputará también la prueba de eslalon, su especialidad fetiche y en la que aspira a algo más que simplemente disfrutar. El seleccionador estatal Corrado Momo ya dijo que su potencial puede acercarle a los mejores quince clasificados, pero Del Campo es ambicioso. Siempre quiere más. Y el eslalon es la competición que puede dárselo. De hecho, en ella, el mungiarra entrará en escena directamente el domingo (14.30 horas), dado que su mejor posición en el ranking le permite acceder directamente a la final. Sin embargo, no solo quiere superar la primera manga, es decir, superar el corte de los 30 mejores tiempos, sino que quiere ser uno de los más rápidos para poder partir con ventaja en la segunda bajada y, entonces sí, atreverse a soñar.