Vitoria. Los alpinistas vascos y el escalador murciano necesitaron dos días para lograr esta apertura. En la primera jornada lograron abrir los cuatro primeros largos, y en la segundo estuvieron diez horas en el aire, lo que les obligó a descender a oscuras, tras conseguir una nueva hazaña.

Las dificultades técnicas estuvieron cerca del séptimo grado, a lo que se añadieron las bajas temperaturas. "Fue como estar metidos en el frigorífico durante diez horas", expusieron.

"Toda la escalada discurre sobre una roca caliza fantástica, tan buena, que la ascensión sobre estos órganos perfectos, es una de las más bonitas que hemos realizado en nuestra vida", argumentaron los protagonistas, que destacaron "la calidad y la belleza" de la ruta.

Se trata de la segunda ruta que abren estos tres profesionales, tras la primera ascensión a la cara norte del Cerro Tornillo (4.900 metros), pero no será la última, ya que regresarán a Huaraz y en busca de otro objetivo en uno de los nevados de la Cordillera Blanca.