No hubo ayer miércoles en el Estadio de Francia nadie más autocrítico que Asier Martínez (Zizur, 2000). El atleta navarro finalizó su serie de la semifinal de los 110 metros vallas en quinta posición, cuando solo se clasifican los dos primeros; y, con 13,35 segundos, muy lejos de los tiempos que marcaron los que esta noche (21.45 horas) se jugarán las medallas. Fue el propio Martínez quien negó con la cabeza nada más pasar por la línea de meta. No porque supiera que había hecho una mala carrera, que sí; sino porque era consciente de que si hubiera firmado una actuación de las que acostumbra, como esa que le llevó a ser sexto y por lo tanto diploma olímpico en los pasados Juegos de Tokio, probablemente hubiera estado muy cerca de los cronos que están en la final. Pero es que el navarro no es el mismo atleta que hace tres años. Ya lo avisó cuando se clasificó para la cita parisina y así lo demostró en la primera ronda, cuando no logró el pase a las semifinales y tuvo que correr en la repesca para pasar a la siguiente fase de la competición. Entonces fue segundo, con un tiempo de 13,46 segundos.

En esta ocasión, Martínez no acudió a París con la ambición de acceder al podio, sino más bien con la intención de recuperar sensaciones. De hacerlo bien. Por eso negó con la cabeza. Porque erró. Y eso que el de Zizur comenzó bien la semifinal. Protagonizó una de las mejores reacciones. Sin embargo, la primera valla se le atragantó y se vio frenado. De hecho, Martínez derribó nueve de las diez vallas de la competición, salvando sin contratiempos tan solo la segunda. “He venido a comerme las vallas, pero no de esta manera”, dijo al finalizar, resignado.

“Mi sensación durante la carrera ha sido mala. Tenía que pelear, no me valía con lo que ayer (por el lunes) o el domingo pude hacer, debía meterle un punto de agresividad, pero no ha sido la manera apropiada. Me quedo con ese 13.35 y una mala sensación técnica, pero ahora mismo sabe a nada”, concluyó tras caer eliminado de sus segundos Juegos.