Decisión difícil, pero correcta
Nadie se acordará de lo competitivo en el final de Nápoles, donde Groves ha ganado con mucha facilidad, como si le hubieran lanzado con un tirachinas en el esprint. La etapa no contaba los tiempos, así que en ese aspecto poco se puede decir de un esprint descafeinado. La jornada ha acabado después de la caída masiva y de su posterior neutralización. En ese aspecto, sabiendo que la decisión a adoptar era difícil, creo que el Giro ha tomado la decisión correcta. Existía la opción de neutralizar del todo la etapa y que se compitiera normal a pesar del riesgo. Sabiendo cómo era la llegada por las calles de Nápoles, pienso que la decisión de los organizadores ha sido la idónea, aunque era una situación compleja y con muchas aristas. Sé que es un punto polémico, pero desde fuera del asfalto pocas veces se sabe a ciencia cierta que se siente mientras se rueda, qué sensaciones te transmite la carretera. Me da la impresión de que debido a la lluvia el piso estaba muy resbaladizo y era arriesgado seguir adelante en esas condiciones. La organización ha salvaguardado la integridad física de los corredores después de ver cómo medio pelotón se había ido al suelo. Pero remarco que cualquier decisión podría ser polémica. Es complicado acertar en esta clase de situaciones. La caída, más allá de la neutralización y el debate que puede crearse alrededor, creo que ha dañado mucho a Roglic en el sentido de la pérdida de Hindley, que era un ciclista muy importante para el esloveno. No hay que olvidar que el australiano venció el Giro en 2022. Era uno de los grandes apoyos para Roglic. El UAE también se ha visto perjudicado. Jay Vine se ha ido al suelo y habrá que ver cómo se recupera. Las caídas siempre dejan huella. Pedersen también se ha caído y, como iba tocado y no ha había nada en juego, ha decidido levantar el pie y rodar con calma hasta la meta de Nápoles en la antesala de la primera llegada en alto del Giro.
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El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk.