Inglaterra quiere imponer su jerarquía en la parte más amable, en teoría, del cuadro de la Eurocopa para seguir avanzando y despejar con victorias las numerosas y aceradas críticas que se está llevando por su escaso fútbol. Pero los pros tendrán en la semifinal de hoy a las 18.00 horas a la otra cara de la moneda, una Suiza que se ha mostrado como una de las selecciones mejor trabajadas del torneo, con una buena mezcla de mucha solidez y gotas de talento que han sido diferenciales.

Gareth Southgate, el técnico al que todos miran en su partido 100 en el banquillo, se plantea hacer cambios tácticos y colocar una defensa con tres centrales, lo que llevaría a usar de carrileros a hombres de marcada vocación ofensiva como Alexander-Arnold y el mismo Bukayo Saka. Se trata de que aflore el talento que Inglaterra ha escondido en el torneo con una propuesta poco clara. Los suizos, por su parte, repiten presencia en los cuartos de final con la duda de si serán ambiciosos para dar ese paso adelante con el que han amagado en los últimos torneos internacionales. “Espero que no nos pongamos límites, no solo a nosotros como jugadores, sino a todo el país. Espero que esta mentalidad de pensar que ciertos límites no se pueden cruzar haya desaparecido”, dice el delantero Steven Huber, uno de los veteranos del conjunto centroeuropeo.

Países bajos-Turquía

A las 21.00 horas, buscarán el pase a las semifinales Países Bajos y Turquía, el segundo anfitrión de esta Eurocopa que está aprovechando el apoyo del público para tratar de repetir su mejor logro, el cuarto puesto de 2008. Los turcos se han encontrado con la sanción de dos partidos a Demiral, autor de los dos goles ante Austria, celebrados con gestos de tinte político- “Eso no nos frenará”, asegura Vincenzo Montella, el técnico de un equipo que ha encontrado un filón en el balón parado.

Países Bajos también llevaba un campeonato en tono bajo, pero ante Rumanía mostró su mejor cara, lanzado por Cody Gakpo, el delantero del Liverpool que quiere seguir la estela de los Van Persie, Van Nistelroy, Makaay, Huntelaar, Bergkamp o Kluivert y devolver a la selección neerlandesa la dinamita que siempre ha tenido.