cuarta temporada al frente del Amorebietaá llamado a crecer en los banquillos a toda velocidad. Iñigo Vélez de Mendizabalomienza a sonar con fuerza en los despachos del fútbol profesional combativo y valiente Amorebieta un equipo reconocible en su fútbol y fiel a una idea

La carrera, de largo recorrido, se presenta ardua y apasionante a partes iguales para un equipo de autor que ocupa la penúltima posición en la clasificación a las puertas de la décima jornada, pero que se mantiene al lado de un entrenador amante del vértigo y la intensidad. Exigente y cercano con sus futbolistas, basta con ver trabajar al gasteiztarra para entender el porqué de las señas de identidad de un Amorebieta que volvió a entrenar ayer miércoles en Artunduaga ante los ojos de Asier Goiria para dar una tregua al césped de Urritxe. En Basauri, al igual que ha ocurrido cada miércoles en las tres últimas semanas y como en cada entrenamiento completado en suelo zornotzarra, dio muestras de su intenso perfil como entrenador Iñigo Vélez, encima de sus futbolistas de principio a fin.

Sentado en el banquillo hasta que su preparador físico completó los ejercicios de calentamiento previos al inicio de la sesión con balón, el que fuera jugador del Athleticse sumó al verde para tomar la palabra y exigir velocidad y determinación a sus pupilos en cada uno de los primeros ataques diseñados a dos porterías entre atacantes y defensores. Apenas hubo respiro. La intensidad, a tres días de recibir al Cartagena en Lezama, fue total, si bien la falta de acierto de cara a portería volvió a traer por la calle de la amargura al técnico en distintas fases del entrenamiento. "¡Ocho minutos y cero goles!", llegó a exclamar en un momento dado de la practica el técnico azul, que aplaudió cada uno de los tantos que llegarían después y puso fin al ejercicio con un "bravo" que dio paso a un partidillo a campo completo que sirvió al gasteiztarra para insistir en su conocido y ya interiorizado ideario con la presión alta como innegociable seña del colectivo.

Sudaron la gota gorda todos los futbolistas que formaron parte del entrenamiento que dirigió durante cerca de dos horas, folio en mano, un técnico que, pendiente de cada acción, también charló individualmente con Álvaro Peña para corregir aspectos conceptuales del juego y que se sentará el sábado en el banquillo local de Lezama con el objetivo de mantener la condición de invictos que presentan los suyos hasta la fecha.

INvOLUCRADO EN LA PRÁCTICA

No solo desde la teoría, no obstante, trabaja a diario Iñigo Vélez, quien acostumbra a emplearse personalmente con los delanteros una vez por semana. Durante cerca de media hora, el de Gasteiz aprovecha el día con menos actividad de la semana, normalmente un par de días antes del partido en cuestión, para ponerse manos a la obra con los atacantes azules en busca de mejorar sus prestaciones. "Nuestra fuerza está en el grupo", acostumbra a señalar aun así un hombre que, a sus 39 años, no se casa con nadie.

A pesar de tener jugadores de su total confianza dentro de un plantel al que conoce a la perfección, se trata de un entrenador que no duda en agitar la coctelera cada semana a fin de encontrar la mejor combinación posible para optar a los puntos en la competición. Prueba de ello es que, con nueve jornadas ligueras ya dirimidas, el Amorebieta todavía no ha repetido once inicial de un partido a otro, aunque el dibujo táctico basado en los tres centrales y dos carrileros se mantiene como esquema predilecto del técnico, bien valorado por sus jugadores, por la directiva y con contrato hasta el término de una temporada en la que intentará crecer al ritmo del equipo con el reto de sellar una permanencia en LaLiga SmartBank que sería un nuevo éxito con mayúsculas para la entidad zornotzarra.

Iñigo Vélez de Mendizabal, en su cuarto curso al frente de los azules, no ha repetido alineación en las nueve primeras jornadas de liga

La puntería de cara a portería fue uno de los aspectos en los que incidió el técnico durante el entrenamiento de ayer