"No hay mucho que perder cuando tienes un 3-1, pero tenemos que intentarlo si queremos pasar de ronda. Para mí no es tan importante el resultado, lo importante es que ganemos el partido y juguemos como sabemos". Jürgen Klopp, el entrenador del Liverpool, reconoció ayer martes el tamaño de la empresa que tiene que afrontar para doblegar al Real Madrid, el gran especialista del torneo: meter, al menos, dos goles y hacerlo en un Anfield sin público. Más difícil todavía. Por lo tanto, solo le resta apelar a la fe. "No sé si conseguiremos la remontada, pero tenemos que creer en ello", dijo Klopp en rueda de prensa.

Su colega del Real Madrid, Zinedine Zidane, también es muy consciente de lo que les espera en Anfield. "Nos espera un partido con dificultades, pero vamos a intentar seguir con lo que estamos haciendo, competir, defender bien y atacar. No vamos a gestionar los esfuerzos, porque siempre que el Real Madrid entra al campo es para intentar ganar el partido", dijo.

"Va a ser increíblemente difícil" remontar el 3-1, valora Klopp. "No sé si alguien puede impedir que el Real Madrid tenga oportunidades. Vienen de ganar al Barcelona en un gran partido, así que están en un buen momento. Tenemos que estar al 100% de nuestro mejor nivel para tener alguna oportunidad. Estoy seguro de que lo intentaremos".

La ilusión madridista de dar un paso firme hacia la decimocuarta Copa de Europa, con un rival del perfil del Chelsea en el horizonte de semifinales y una final soñada, pasa por el mítico Anfield. Con un factor a favor, la ausencia de un público que empuja en volandas a la épica al Liverpool, como lo hizo tres años atrás ante el Barça, pero varios en contra de Zidane. El físico de sus jugadores ha llegado al límite y las bajas, que alcanzan las 50 este curso, atacan al Real Madrid en un momento decisivo en el que se deciden los títulos grandes. A la cita acude teniendo que inventar soluciones en una defensa plagada de ausencias. Sin sus centrales titulares, Sergio Ramos y Varane con coronavirus, sin su lateral derecho titular, Carvajal, ni el improvisado sustituto que se convirtió en imprescindible, Lucas Vázquez.

Con Eden Hazard sin prisa por volver, le faltarán referentes a Zidane sobre el campo pero nunca la entrega de sus jugadores. Una vez más encontró el apoyo de los menos habituales para sostener el clásico y ganar opciones en la competición liguera.

Pero no habrá ni un solo alma en Anfield que pueda dejarse la garganta cantando el You'll Never Walk Alone. Los Reds tendrán que confiar exclusivamente en unos jugadores que están teniendo la peor temporada posible. Ni siquiera ante el Aston Villa el fin de semana tuvieron un encuentro tranquilo. Vencieron 2-1 en el último minuto gracias un golazo de Trent Alexander-Arnold, con un Klopp que solo dio descanso a Thiago Alcántara, que entró en el minuto 70, y a Sadio Mané, que entró en el 75. Ambos deberían ser titulares hoy.

Haaland desafía al City

En el otro partido de Champions que se juega hoy, el Borussia de Dortmund, que no salió muerto de Mánchester, se encomienda a Erling Haaland para desbaratar el proyecto europeo de Pep Guardiola.

Los alemanes llega a la vuelta conscientes del favoritismo del City, aunque con cierto optimismo por el buen partido realizado en la ida, pese a la derrota por 2-1, encajada en los minutos finales del compromiso.

En general, en esta temporada el Dortmund ha mostrado mejor cara en la Champions que en los compromisos de la Bundesliga y eso es algo que también alimenta las ilusiones de los dirigidos por Edin Terzic. Haaland lleva dos partidos sin marcar. Y estadísticamente es poco probable que el noruego tenga una sequía de tres partidos seguidos.