ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Llorente, Felipe, Giménez (Min. 54, Lemar), Hermoso, Lodi; Kondogbia (Min. 60, Torreira), Koke (Min. 74, Moussa Dembélé); Correa (Min. 60, Ricard), Joao Félix; Luis Suárez.

LEVANTE: Cárdenas; Coke (Min. 71, Son), Vezo, Duarte, Rober Pier, Toño (Min. 71, Clerc); Malsa, Bardhi; Rochina (Min. 62, De Frutos), Morales (Min. 80, Vukcevic); Sergio León (Min. 62, Dani Gómez).

Goles: 0-1: Min. 30; Morales. 0-2: Min. 94; De Frutos.

Árbitro: Melero López (C. Andaluz). Amonestó a los locales Lemar y Koke, y a los visitantes Vezo y Cárdenas.

Incidencias: Wanda Metropolitano, sin público.

-Sin la pegada de meses precedentes ni la firmeza defensiva de toda la era Simeone, el Atlético de Madrid es un líder en duda, herido ayer por el Levante y José Luis Morales para agitar la Liga en la misma medida que decae el equipo rojiblanco, que permitió el 0-1, reaccionó demasiado tarde y recibió el 0-2 de Jorge de Frutos cuando Jan Oblak subió al remate final.

No hay mejor ni peor síntoma que los resultados. El bloque de Diego Simeone ha pasado de lo primero a lo segundo con una rapidez imprevista. De sus 16 victorias en 19 jornadas a la única que ha festejado en cuatro citas, empatado por el Celta y por el propio Levante y superado por éste en el Wanda Metropolitano. No caía allí el Atlético desde hace 27 partidos. Desde diciembre de 2019. Quizá no mereció perder, pero lo hizo. Y eso desata la inquietud.

Son tres puntos sobre el Real Madrid y nueve sobre el Barcelona. Hubo Liga antes y la hay ahora, entre otras cuestiones porque la caída defensiva del Atlético es visible. Su estructura, no hace mucho inaccesible, es más vulnerable que nunca en la era Simeone. Oculta en los últimos tiempos por su efectividad ofensiva, no hay evidencia más clara que el partido de ayer.

La primera ocasión del Levante lo ratificó, con la pérdida de balón en la esquina del área contrario del irreconocible Lodi; el pase largo cruzado y el duelo Morales-Oblak. El fallo del futbolista -cruzó demasiado su tiro- tampoco disimuló el problema evidente del Atlético: a la media hora entregó otra ventaja a su oponente.

Son demasiadas veces ya. En cinco de los últimos seis partidos, el Atlético recibió primero el gol de su oponente. Una concesión impropia de un equipo que pretende ganar la Liga.

Es cierto que el Levante ofreció una oposición certera, pero sin la concesión del Atlético nada habría sido igual como fue el 0-1 a la media hora, facilitado por Kondogbia, blando en un cruce que no admite términos medios al borde del área, y anotado por Morales. No resultó extraño. No porque el Levante hubiera surgido mucho más por el marco de Oblak, sino porque cada vez que lo hacía incidía en la alarma permanente que siente últimamente el Atlético cuando defiende su portería. Son diez goles ya en las últimas siete citas de la Liga. En las 16 anteriores encajó seis.

Algunas decisiones de Simeone, como colocar a Marcos Llorente, esencial en el Atlético en ataque, como improvisado carrilero o alejar a Joao Félix a la portería contraria se notan. Luis Suárez, además, no dispuso de ninguna ocasión de verdad en 50 y tantos minutos... Hasta que el delantero uruguayo estrelló un lanzamiento de falta en el poste, hasta que entre él, Marcos Llorente y Joao Félix relanzaron el partido y a su equipo para dirigirlo más cerca del gol.

Fue entonces cuando el portugués falló lo que no se debe fallar dos veces, el Levante tuvo más dudas que nunca y al Atlético le faltó pegada. Y cayó por 0-2 en el minuto 94, en un lanzamiento lejano de Jorge de Frutos con Jan Oblak en el otro área.