El domingo, poco después de que el Chelsea eliminara al Luton Town (3-1) de la Copa de Inglaterra su técnico, Frank Lampard, fue interpelado por los periodistas sobre Kepa Arrizabalaga, que jugó de titular. La pregunta tenía su dosis de veneno. Porque el portero más caro de la historia está para partidos menores, como el que disputó el equipo londinense ante un equipo de la Championship (segunda división inglesa), y si en empresas menores como ésta el meta de Ondarroa comete un fallo garrafal que cuesta un gol su nombre vuelve a convertirse en noticia.

El caso fue que Lampard defendió a Kepa. Dijo que entrena bien y que es un gran portero. Qué otra cosa, si no, podía argüir sobre uno de sus muchachos y más tras un partido que terminó con victoria clara. Sucede sin embargo que los cielos se le han abierto al cancerbero vizcaino, y no precisamente porque su técnico le haya defendido en público. En realidad Lampard considera a Kepa un perdedor, un guardameta sin categoría para defender la portería de los blues. Tanto es así que en septiembre del pasado año el Chelsea pagó 25 millones al Rennes por Edouard Mendy, a petición urgente de Lampard, y desde entonces es su portero titular.

El lunes, y pese al triunfo copero, Lampard dejó de ser el entrenador del Chelsea. Le sustituirá en el banquillo de Stamford Bridge el alemán Thomas Tuchel, exentrenador del Borussia Dortmund y del PSG, quien a su vez había sido despedido el pasado diciembre en el club parisino, donde fue relevado por el argentino Mauricio Pochettino.

Lampard, un referente del Chelsea, de 42 años, deja el puesto apenas dieciocho meses de ser elegido para el mismo por oligarca ruso y dueño del club Roman Abramóvich. Y lo deja porque un equipo reforzado con jugadores caros e importantes como Kai Havertz, Timo Werner o Hakim Ziyech y concebido para disputar el título de la Premier está varado en novena posición en la liga inglesa después de 19 partidos, a once puntos del líder, el Manchester United, y a cinco del Liverpool, que ocupa la cuarta, y última, plaza de Champions.

La tozudez de Zidane

Con Thomas Tuchel al frente, Kepa Arrizabalaga tendrá una nueva oportunidad para demostrar por qué el Real Madrid estuvo a punto de pagar en el mercado de invierno de 2018 los 20 millones que entonces tenía su cláusula de rescisión, operación que gracias a la tozudez de Zinedine Zidane, que apostaba por Keylor Navas, no se llevó a cabo, y por qué el Chelsea sí llegó a abonar al Athletic los 80 millones a los que se elevó la cláusula tras renovar por el club bilbaino. La operación fue tan fabulosa que los dirigentes rojibancos aún brindan con champán.

Ese verano Abramóvic contrató al entrenador italiano Mauricio Sarri, a quien le concedió el capricho de fichar al joven portero vasco, pese a su altísimo coste. Y el Chelsea ganó la Europa League con significado protagonismo de Kepa. Pero Sarri se fue a la Juventus y Lampard tomó las riendas del equipo londinense a los dos años de colgar las botas en el New York City uno después de iniciar su carrera de entrenador en el Derby County.

Pero Lampard fue perdiendo paulatinamente su confianza en Arrizabalaga, a quien en vez de arroparle tras protagonizar sonadas cantadas le apartó de la titularidad. Lo mismo ha hecho Abramóvich con Lampard, cesado porque no da la talla como entrenador.

En el anuncio del cese, el Chelsea califica a Lampard de “leyenda”, pero estima que se necesita un cambio” para que el equipo tenga tiempo de enderezar la temporada.