imanol Etxabe (Gernika, 1984) ya tenía asumido que la 2019-20 iba a ser su última temporada como futbolista. Era el momento ideal para colgar las botas, después de que el pasado diciembre se convirtiera en el máximo goleador de la historia de su amado Gernika al superar el récord que hasta entonces poseía Aimar Cid. Pero la aparición del coronavirus provocó el final precipitado del campeonato y alteró sus planes. La leyenda de este ariete, todo un ídolo en Urbieta, merecía un desenlace mejor, una despedida sobre el verde, disfrutando sus últimos minutos sabiendo que iban a serlo. Y la tendrá. Por culpa de la pandemia, o gracias a ella, se estirará un curso más la carrera del hombre gol del Gernika, donde afrontará su décimo segunda campaña, la séptima de su segunda etapa en un club en el que también dio sus primeros pasos como senior tras salir de Lezama.

"Me daba rabia y pena tener que despedirme desde casa", apunta Etxabe, por cuya cabeza, la misma que tantos goles ha certificado, ya lleva tiempo rondando la idea de la retirada. "Hace dos temporadas, la última en Segunda B, si nos hubiéramos salvado seguramente lo habría dejado. Al bajar, decidí que no podía dejar al Gernika en un momento así de triste", recuerda el ariete que cumplirá 36 años en diciembre. Pese a tener "las rodillas operadísimas y una hernia discal", manifiesta que el pasado curso "me encontraba bien y creía que íbamos a acabar en play-off", motivos que le han animado a renovar otro año. "Será el último al cien por cien, haya lo que haya", afirma quien suma 72 dianas con la elástica gernikarra.

También ha resultado importante el hecho de que el técnico foral, Oskar Vales, confíe en él. "Me dijo que quería que siguiera, pero que la decisión era mía", puntualiza el delantero. "Quiero dejar el fútbol bien. La temporada pasada era la idónea, porque me encontraba bien y haciendo goles. Espero dejarlo con un buen año, tanto personal como colectivo", desea quien luchará por su cuarto ascenso a Segunda B, tras los conseguidos con Barakaldo en 2012, Leioa en 2014 y Gernika en 2015. "Sería un gran colofón, pero todavía es pronto para pensar en eso", explica este jugador formado en el Athletic desde infantil hasta acabar su etapa como juvenil.

El campeonato presenta novedades, ya que los 22 equipos se dividirán en dos subgrupos. Los forales figuran en el que muchos han calificado ya como el fuerte, un tema al que no le dan demasiadas vueltas en el vestuario. "Eso nunca se sabe, no le hemos dado importancia. En caso de que sea más difícil, supondrá un reto más y nos dará más ambición si cabe por meternos en el play-off", indica un Etxabe que, junto a otros clásicos como Lander Torrealdai, Jon Altamira o Ibon Entziondo, seguirá guiando con su experiencia a una plantilla a la que este verano se han unido una decena de futbolistas jóvenes pero ya contrastados en la categoría. "Las primeras impresiones son muy buenas. Creo que tenemos una plantilla compensada y que nos hemos reforzado bien", subraya este ingeniero industrial que trabaja como profesor de Matemáticas y de Tecnología en un instituto de Basauri.

Al igual que sus alumnos a las aulas, el fútbol también ha retornado medio año después a Urbieta, que el sábado recibió la visita del Amorebieta y el miércoles la del Bilbao Ahtletic, con derrotas por 3-4 y 0-1, respectivamente. "Después de tanto tiempo, sentí un cosquilleo en el estómago. Por eso sigo, porque todavía tengo ilusión y me gusta ganar aunque sea un amistoso", apunta Etxabe, que ante los zornotzarras marcó y demostró que el confinamiento no le ha arrebatado su olfato goleador. "Con mi edad y después de tantos meses sin tocar balón, tenía la duda de cómo iba a responder el cuerpo. Hemos trabajado y nos hemos cuidado mucho este tiempo y me encontré bien. Para mí, es importante marcar hasta en los entrenamientos, así que ese gol me vino bien", reconoce uno de los líderes de una plantilla que ya ha tenido que realizar un parón en pretemporada debido a el covid-19. "Tuvimos un positivo y por suerte no ha ido a más. Hemos tomado todas las medidas de seguridad y nos toca cuidarnos. Tenemos familiares que han fallecido y que lo han pasado mal, pero hay que tirar hacia adelante y aprender a convivir con esta nueva situación", expone.

"Me daba pena y rabia despedirme desde casa, esta temporada sí será la última haya lo que haya"

"Dejarlo con el cuarto ascenso a Segunda B sería un gran colofón, pero es pronto para pensar en eso"

Jugador del Gernika