AN Mamés, con Euskadi en fase de emergencia sanitaria desde el lunes y con récord de contagiados por covid-19 al registrarse 724 nuevos casos en 24 horas, albergó ayer dos partidos de máxima trascendencia. Uno, a la vista del gran público, aunque fuera a través de la televisión, se celebró sobre el césped. El otro, antes, durante y después de que el balón rodara por el terreno de juego, tuvo lugar en las propias entrañas del coliseo rojiblanco, blindado por la UEFA a fin de garantizar la salud y la seguridad de los escasos profesionales presentes en la cita.

No están las cosas para excesos y lo tiene interiorizado la UEFA, que puso en marcha un complejo sistema anti covid-19 a fin de minimizar las probabilidades de transmisión de un virus que continúa haciendo mella. Se esmeró en tenerlo todo bajo control el organismo presidido por Aleksander Eferin antes incluso de que cualquier persona externa a la organización y a los dos equipos en liza pusieran un pie en San Mamés. Además de exponer a un complejo proceso de acreditación a cada periodista que accedió ayer de manera restringida a La Catedral, la UEFA exigió rellenar durante el día, y nunca después de las 16.30 horas, un formulario de reconocimiento epidemiológico que, una vez recogido y aceptado, dio paso a las pertinentes medidas establecidas en la entrada al campo.

El protocolo

Las indicaciones fueron claras y precisas. En medio de un escenario apagado y falto de la euforia colectiva que hubiera desatado la puesta en escena de toda una eliminatoria de cuartos de final de la Champions femenina, los requisitos a cumplir fueron inquebrantables, como manda la ocasión. En el punto de entrada a San Mamés, lo primero de todo, control de temperatura y desinfectantes de manos y bolsas de trabajo con la oportuna obligación de usar mascarilla en todo momento. Sin excepción. Una vez alcanzada la tribuna de prensa, con vistas a un terreno de juego decorado con inmensas lonas en las gradas con el logo de la competición, puestos de trabajo marcados de antemano respetando el distanciamiento social al igual que a ras de césped, donde los fotógrafos, sin público alrededor, inmortalizaron un encuentro que se celebró dentro y fuera del verde con la megafonía como único elemento de animación.

La UEFA ordenó control de temperatura, desinfectante de manos y bolsas de trabajo, mascarillas y distanciamiento social